Despues de dos meses y algunos dias mas aqui, el verano es mucho mas tranquilo, y tambien tenemos tiempo para hacer cosas nuevas. Ahora ya no queda tiempo para los miedos de antes, como el idioma.
Después de ocho meses en esta isla uno, cuando echa la vista atrás, se da cuenta de que el tiempo corre con una prisa desmesurada. Y se puede recordar todavía el olor del dormitorio la primera vez que entró en él, los primeros tartamudeos en un idioma que no es el tuyo, e incluso las primeras palabras que cruzó con lo que hoy no duda en llamar grandes amistades.
El fin de semana por fin hice algo que había querido hacer desde hacía mucho tiempo: viajar a León. Como su novia vive allí, Loïs ha estado en la ciudad muchas veces y me ha preguntado muchas veces si quiero ir. Por fin tuve tiempo y ganas.
¡Hola!
Va avanzado el verano a un ritmo que ya me parece alarmante. Desde hace un mes estoy aprovechando la España veraniega y no quiero que vuelvan los meses de lluvia fresquita. En Gijón nos tocaba la "semana grande", es decir una semana de fiesta en la ciudad y una actividad reducida en el CMX.