El mes de diciembre tuvimos la mala suerte de que todos los bares o lugares de ocio permanecieron cerrados debido al covid. Ahora en invierno, cuando los días son cortos y hace más frío que el yo me había imaginado, esto fue un pequeño inconveniente ya que no sabíamos muy bien qué hacer los fines de semana o en tiempo libre, aunque encontramos el modo de entretenernos.
Para empezar, coincidió que los cumpleaños de muchos de los voluntarios fueron este mes. En uno de ellos, decidimos hacer una fiesta temática de los años 80. Cada uno nos curramos el disfraz como pudimos con las cosas que teníamos por casa y la verdad que no nos faltaron risas.
Antes de volver a nuestras casas por vacaciones, tres de nosotros decidimos darnos el último baño del año en uno de los lagos cerca de la ciudad. La verdad que no pasé más frío en mi vida, pero mereció la pena y luego encontramos un bar con hogueras en la arena donde tomarnos un té y calentarnos.
Otro día fuimos al mercado de Navidad de una ciudad cercana (Halle), en la cual las restricciones todavía no se habían aplicado. Era pequeño, pero nos hicimos a la idea de cómo es un mercadillo navideño alemán. Allí probamos el "glühwein", vino caliente con jengibre, canela y otras especias, una bebida que toman aquí en invierno. No me llamó mucho la atención al principio, pero ahora me está empezando a gustar más.
Finalmente, el 22 de diciembre volví a mi casa en Asturias por Navidad, y la verdad que disfruté muchísimo de volver a estar con mi familia y mis amigos, ya que a pesar de pasármelo muy bien aquí los había echado muchísimo de menos.
Ahora en enero ya estoy en Leipzig otra vez, y la vuelta se ha hecho un poco dura después de estar en casa, pero ahora que los días están alargándose y vamos haciendo nuevos planes, todo está empezando a ir igual de bien que al principio!!