Los meses pasan volando y me estoy poniendo las pilas con las visitas que tengo pendientes por toda la isla. Galway, Cork y el Ring of Kerry ya estan tachados de la lsta, y tengo que decir que el último merece muchísimo la pena. Me recuerda bastante a Asturias, pero en esta zona se ubica una isla, Skellig Michael, que es única en el mundo. Alberga un monasterio del siglo VI, esta totalmente aislada, y es Patrimonio de la Unesco. En ella se rodó Star Wars VII y el monasterio ha sido replicado para rodar el episodio VIII. Como buena fan que soy, esta vista fue muy especial para mí.
Hasta hace un par de días he estado totalmente absorbida preparando el Advance de Cambridge y ahora solo queda esperar por los resultados...Como dicen aquí, fingers crossed!
También dentro del EVS ha sido una época muy movida. He organizado el International Food Day y el Family Fun Day que han requerido un gran esfuerzo logístico y más de un dolor de cabeza pero a la hora de la verdad ha sido tremendamente gratificante ver como familias con diversos problemas (económicos, crimen, adicciones...) disfrutaban de todo de maner gratuita gracias a las donaciones conseguidas (no sin esfuerzo, creedme, han sido innumerables cartas y llamadas). Desde los castillos hinchables a la caravana de helados, para muchos peques este día es el único en todo el verano en el que pasan un día así con sus padres. También este hecho me hace reflexionar mucho sobre la suerte que he tenido de tener una infancia donde este 'Family Fun Da'y ocurría todas las semanas, ya fuera en forma de picnic, playa, paseo o parquet. Pero en zonas como West Dublin, lo normal es pasar día tras día en un barrio deprimente donde literalmente no hay nada que hacer, y de ahí surge la necesidad de entidades como la YMCA, para abrirles los ojos por un lado, y darles oportunidades por otro.
Al hilo de esto me llamó poderosamente la atención ver como en el International Food Day en el que gestioné donaciones de comida de los restaurantes del centro de Dublín, estas familias con las que trabaja la YMCA eran muy reticentes a probar la comida china, el falafel o cualquier cosa que no fueran los habituales sopa, sandwich y bizcocho, y eso que era todo gratuito para ellos.
De nuevo, otra realidad: la educación, o la falta de ella, afecta a todas las áreas de nuestra personalidad, hasta detalles insospechados. En el día comprendí mejor la filosofía detrás del International Food Day: no es solo regalar comida, es motivar y compartir. Que algunos de los jóvenes probasen el falafel por primera vez en su vida (después de insistirles desenfadadamente) puede parecer una tontería, pero a mí no deja de sorprenderme. A veces damos cosas por sentadas, y no nos damos cuenta de la suerte que tenemos. Por ello estoy particularmente satisfecha, creo que ha sido una época de recoger frutos, ya que espero que para los usuarios de la YMCA estos eventos hayan supuesto un impacto positivo en sus vidas. Hay muchas maneras de ver mundo, abrir la mente... y no todas implican viajar.