Ya me he convertido en Gijonés-Cristian Mirto-SVE en España

Después de la llegada a Gijón, no tuve mucho tiempo para descansar. De hecho, el jueves 22, Kimi y yo hemos tenido el primer grupo de conversación en inglés totalmente bajo nuestra responsabilidad. Para ese día, hemos preparado una pequeña presentación sobre nuestros países. A pesar de que el tiempo a nuestra disposición no fue muy largo, todo fue muy bien. La sesión fue divertida para nosotros y, creo que para los participantes también. Hablé un poco de todo sobre Italia: su sistema político y de gobierno, estereotipos sobre los italianos, cocina y tradiciones italianas y además un poco de "promoción turística" sobre las ciudades más lindas de Italia (donde yo vengo Lecce, obviamente). Los Gijoneses que fueron al curso habean todo, más o menos, un buen conocimiento de Italia. De hecho, creo que es común para la gente de España visitar Italia y viceversa también. Hablando de Italia con ellos pude apreciar que los dos países son muy similares en muchos aspectos. Lo mismo no se puede decir de Finlandia, y, por eso, creo que la presentación de Kimi fue más interesante y sorprendente.

En esta semana, el curso de español de 25 horas que Kimi y yo hemos hecho ha terminado. El curso fue muy divertido y agradable para mí. Seguramente esto es gracias a Miriam, nuestra profesora de español. En dos semanas no es posible dominar un idioma, pero día a día siento que estoy mejorando en comprensión y también en conversación en español. Tengo la ambición de terminar mi trabajo voluntario aquí con un nivel de idioma muy alto. Por eso, intentaré seguir las sugerencias que nos dio Miriam durante el curso.

En el fin de semana y en mi tiempo libre, continué mi exploración de Gijón y alrededores. Tuve buena suerte con el tiempo, y disfruté de ir caminando por muchos lugares. Me faltaba ver algunos sitios como la estatua de la madre del emigrante y el mirador de la providencia. Me encanta el litoral de Gijón y me gustó ver los surfistas montando las olas. También, con los otros voluntarios, hemos explorado los campos cerca de Gijón. En las tardes, tuve finalmente la posibilidad de probar la bebida típica de Asturias, es decir la sidra.

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Me gustó mucho la sidra de manzana, pero aún más me gustó disfrutar de compartir una bebida en buena compañía a la manera asturiana. Es un pequeño ritual. El vaso de sidra se llena de forma espectacular por el camarero, que vierte el líquido que sostiene la botella en la parte superior con una mano y el vaso en la parte inferior con la otra. La cantidad que se bebe es poca, solo un "culin". La sidra debe beberse rápidamente, porque todos los que están sentados en la mesa comparten el vaso. Entonces, debe devolverse lo antes posible al camarero que tiene que volver a llenarlo para servir la bebida a otro comensal. Realmente disfruté participando en esta tradición asturiana y también me encantaron las tapas que comimos de acompañamiento (croquetas, calamares fritos y chorizo cocinado en la propia sidra).

Me estoy acostumbrando muy bien a la vida en España. De hecho, ¡estoy empezando a hacer la siesta después de la comida! Tengo que decir "grazie" a Lois, Leila, Kimi y a todos los locales que me recibieron de la mejor manera, con mucha generosidad.