VITAJTE V BRATISLAVE-Elena Reiriz-SVE en Eslovaquia

"Bienvenidos a Bratislava". Qué extraño escuchar esa frase por primera vez, y qué extraño pensar ahora que ya llevo todo un mes aquí y esta es la que ahora puedo considerar "mi" ciudad.

En las últimas semanas me han pedido en dos ocasiones diferentes (en dos seminarios, uno de ellos organizado por mi coordinadora y otro por la Agencia Nacional) que le escriba una carta a mi yo del futuro, mi yo de dentro de 5 o 6 meses. Cuando me senté a escribirla por segunda vez pensé que no tendría nada nuevo que decirme, ya que sólo habían pasado dos semanas; pero enseguida me di cuenta de todo lo que había cambiado en un tiempo tan corto. Y es que el primer mes de EVS es un proceso de adaptación en el que cada día parece haber novedades: desde la llegada de nuevos voluntarios a la ciudad cada día (yo y mi compañero del CMX, Óscar, fuimos los primeros en llegar, la mañana del 1 de septiembre), pasando por cuestiones administrativas como abrir una cuenta bancaria o recibir tu primera paga, hasta el curso intensivo de eslovaco (sí, es tanta locura como suena) y, por fin, empezar con tu proyecto personal. Y mientras tanto, ir conociendo a nueva gente, visitando nuevos sitios y aprendiendo a forjar tu nueva vida en esta ciudad.

 

Nuestro grupo de voluntarios en el seminario organizado por la coordinadora

 

 


He de admitir que Bratislava ha superado con mucho mis expectativas. Los que han oído hablar de ella normalmente no tienen una buena opinión (gracias, ‘Eurotrip' y ‘Hostel'), pero que no os engañen: el centro histórico no tiene demasiado que envidiarle a otras capitales europeas. (Aunque la impresionante Viena está a una hora y 5€ en bus; ya hemos hecho una escapada de sábado, y es difícil evitar las comparaciones.)
Para mí, la mejor forma de describirla es como una ciudad de contrastes: saliendo de la zona antigua a la residencial, los museos y embajadas empiezan a dar paso a edificios más grises y simplones, las calles empiezan a vaciarse y los precios de la cerveza a disminuir. A dos calles de la ópera está el ejemplo más representativo de arquitectura comunista, el puente de la Insurrección Nacional Eslovaca (Most SNP), también conocido, por motivos obvios, como UFO. Y en la orilla opuesta del Danubio, con vistas a los lujosos hoteles y a los restaurantes flotantes, está la famosa Petržalka, el distrito residencial más poblado de Europa Central (Eslovaquia es considerada centroeuropea, no del Este; no lo olvidéis si habláis con un eslovaco), que aloja a un tercio de la ciudad (unas 150.000 personas) y es, francamente, feo.
Sin ir más lejos, el edificio en el que trabajo (Prírodovedecká Fakulta, Facultad de Ciencias Naturales; sí, estoy muy orgullosa de saberme el nombre) es otro buen ejemplo: mis dominios, la biblioteca del departamento de idiomas, es una sala muy moderna y acogedora, pero toda la facultad está actualmente siendo remodelada para eliminar ese aire frío y socialista.

 

 Postureando en el castillo de Bratislava, con vistas a la catedral de San Martín

 

 ... y un poco más a la derecha nos encontramos el Most SNP y Petržalka extendiéndose en la distancia 

 

Castillo de Devin, al que se puede llegar en barco por el Danubio (en este país hay más de 200 castillos: desafío aceptado)

 

 

Ah, y el tiempo está loco: hace un par de semanas pasamos de 27 ºC a 12 ºC en cuestión de tres días, ayer hizo un día precioso con 18 ºC, perfecto para dar un paseo junto al río (he vivido siempre junto al mar, y ahora tengo que recurrir al Danubio cuando quiero ver agua), y hoy hemos vuelto a la lluvia y 13 ºC. Imaginaos lo bien que me lo pasé haciendo la maleta para venir.

En la próxima entrada me gustaría hablaros de mis puestos de trabajo y tareas, pero para eso tengo que tenerlas un poco más claras, ya que la mayoría aún estamos luchando por establecer nuestro horario... Hasta ahora mi estancia en la biblioteca no ha sido muy representativa, ya que en mi primera semana de proyecto aún no había empezado el curso y me dediqué a colocar y registrar libros, y la semana pasada estuve en Zvolen, en el seminario organizado por la Agencia Nacional (aquí quiero darle las gracias a la Comisión Europea por alimentarme gratis cada dos horas), así que realmente aún no he tenido mucha interacción con los alumnos de aquí. (Mientras escribo estas líneas, los siete alumnos que tengo ahora mismo en la biblioteca me ayudan a entender qué me están preguntando los obreros sobre desmontar las estanterías. Parecen simpáticos.)

Hasta entonces... čaujte! :)

 

 

 

Team-building en el seminario en Zvolen: jugando al ninja y a princesas y caballeros (unos soldados austriacos nos dijeron que tuviéramos cuidado con el tráfico)