Eccomi qua! Quién diría que el mes de febrero es el más corto del año, y para mí, ha sido el más intenso. Un mes lleno de nuevos proyectos, luchas y sobre todo de visitas inesperadas.
Comenzaré explicando los nuevos proyectos en los que me he embarcado y con los que estoy muy ilusionada, pues cada uno de ellos, desarrolla en mí habilidades diversas, pero que al mismo tiempo convergen. Y digamos que si por algo convergen es porque tienen un nexo en común, y ese es la sensibilización, el hecho de visualizar, exponer realidades, mostrando diversas opciones de vivir, pensar y actuar.
Por un lado, desde el pasado mes de enero, he comenzado a frecuentar la asociación feminista Non una ni de meno, surgida hace tres años en Génova como respuesta al grito de las voces femeninas de las compañeras argentinas. Esta asociación nace con el fin de promover la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, dar voz a los oprimidos como bien decía Paulo Freire, y romper con las desigualdades existentes, aunque a veces se muestren latentes, en nuestra sociedad con respecto al papel de la mujer. Como mujer, siempre me he sentido sensible a todas estas problemáticas, pero aquí en Génova, con el espíritu de cambio que esta experiencia está desarrollando en mí, ha sido cuando me he decidido de participar más activamente, desde una realidad local, en la que los pequeños pasos, pueden ser grandes cambios. Este mes de febrero estamos realizando diferentes asambleas para promover actividades con vistas a la huelga global del 8 de Marzo. Por ello, y aprovechando la fecha del 14 de febrero, fecha en la que se sigue idealizando un amor romántico, decidimos protestar contra las tasas desorbitadas en los productos de higiene femenina, poniendo luz en un foco que siempre permanece oculto. Además, seguimos organizando diversos encuentros y debates en los que intentamos sentar las bases de una sociedad más igualitaria y justa para todos. Es súper emocionante formar parte de una lucha en la que verdaderamente uno cree. No hay nada más satisfactorio que sentir que estás haciendo lo correcto y sentir el apoyo de tu entorno.
Por otro lado, aunque también dentro del ámbito social y de la concienciación, este mes he participado en las Jornadas sobre "Juventud y nuevos horizontes europeos". Las elecciones europeas se acercan y, nosotros, como parte de ciudadanos de la Unión Europea tenemos el derecho de votar, de votar por una Europa que nos represente, que luche por causas que consideramos necesarias y en la que se escuchen las voces de todos. A través de estas jornadas que se llevaron a cabo en Chiavari y en las que participaron más de 100 jóvenes de la región de Liguria, se informó a alumnos de diferentes institutos sobre las oportunidades de intercambio, formación, crecimiento personal y profesional que ofrece la Unión Europea, con el fin de convertir a los jóvenes en motores de cambio, otorgándoles un papel activo y desarrollando en ellos un comportamiento crítico. En mi caso, como voluntaria europea, expliqué de qué se trata el Cuerpo Europeo de Solidaridad, pero, aportando una visión personal, cercana, un testimonio real que a ellos les pudiese servir de referencia a la hora de resolver dudas o de sentirse seguros a la hora de embarcarse en una experiencia similar. He de decir que fue todo un éxito tanto para mí como para ellos. Otra vez, estando en el frente, participando activamente a través del intercambio de vivencias y opiniones. Realmente, todo esto, me ha servido para reafirmar aún más que soy una mujer de palabra y que el modo en el que más aprendo es escuchando y hablando con los demás. Creo, además, que sea el método de cambio más directo.
Entre tantos proyectos nuevos y apasionantes, en los que el grado de responsabilidad es más elevado, también se abre paso el disfrute de conocer nuevos lugares, la relajación de compartir con los más queridos el lugar que te hace tan feliz, y conocer más íntimamente a las personas con las que se convive. Así pues, febrero ha sido también el mes de mi primera vez en Francia, Marsella, ciudad de mi querido amigo Bruno, tan similar a Génova, puerto de oriente, ciudad histórica, multicultural, donde los ateliers artísticos despuntan en cada esquina. Cuatro días rodeada de su familia, lo que me permite, entenderlo y conocerlo aún más. ¡Qué regalos te da la vida! Y sí, en lugar de un regalo, he tenido dos, pues he recibido el maravilloso regalo de tener aquí, conmigo, a mi hermana y a mi prima. Otros 4 días de euforia, en la que la risa, aunque ya forme parte de mi vida, se ha triplicado.
Con este mes tan resplandeciente, cualquiera diría que aún se puede ser más feliz.
¡Hasta la próxima!
Clara.