Valencia-Layla Wood-SVE en España

08.10.2018 - 14.10.2018

Saber que iba a ir  a Valencia este finde me requirió mucho esfuerzo esta semana. No sé por qué, pero me costó mucho. Menos mal que solo tenía cuatro días porque era la fiesta nacional el viernes. Por eso fui a Valencia, para aprovechar el fin de semana más largo.

Fui en avión porque aunque soy agarrada, no soy imbécil. Si hubiera ido en tren o en autobús habría viajado todos los días y al final habría perdido el tiempo y el dinero para nada. Por lo que hice de tripas corazón y cogí un avión. Pensaba que estaba siendo muy lista y que me estaba salvando los nervios pero me equivoqué. ¡****  Volotea casi me arruinó el viaje! Me engañaron con la letra pequeña y tuve que pagar mucho por el check-in. Eso no me gusta para nada, ahora han perdido un cliente.

Excepto por ese problema, el fin de semana fue buenísimo. Pasé el viernes sola en Valencia y vi todo el centro y más. ¡Me encantó la ciudad! El centro es bastante pequeño, así que vi todo rápidamente y tenía tiempo para perderme y ver mucho más. Mi última parada fue la Plaza de Toros cuando llegó la noche. La verdad es que tenía bastante miedo de estar sola porque encontré a  bastantes borrachos en la calle y nunca se sabe que podría pasar, por eso volví al Airbnb y esperé a mi madre y su novio allí. Llegaron por la noche porque el viernes no tenían el día libre y tenían que trabajar y cogieron el avión después del trabajo. Además no hay vuelos directos de Berlín a Valencia por eso tardaron bastante. Personalmente su tardanza no me molestó tanto porque así vi la ciudad como yo quería pero sobre todo tenía miedo de estar con el novio de mi madre otra vez... ¡Al final todo fue bien con él!

    

La reunión fue muy bonita. Para ellos también fue muy emocionante venir a España durante dos días. Los mostré el barrio un poquito y comimos en una pequeña panadería que se llama "El horno de los borrachos" ¡Este nombre me encanta! Está abierta 24 horas, todos los días, puedo imaginarme muy bien por qué eligieron este nombre. Hablamos mucho tiempo y simplemente estábamos felices de estar juntos otra vez.

El sábado, el único día entero que tuvimos, fuimos a muchos lugares. Vimos todo el centro, los museos de arte y de las ciencias (solo por fuera porque no tuvimos tanto tiempo), el puerto y más del centro.

Bueno, nadie debe viajar a Valencia sin probar la horchata, fartons o la paella. Por supuesto probé todas estas cosas. ¡Dios mío, casi me morí! Me morí porque todo estaba riquísimo, me encantó todo lo que me ofreció la ciudad. Bebí la horchata cada vez que la vi en la calle o en las cafeterías que pasamos. Como era la primera vez en España del novio de mi madre también probamos cosas típicas de España como bocadillos, jamón ibérico (que le encanta), tortilla, ensaladilla rusa, patatas bravas, tortilla y sobre todo las croquetas. Escribiendo esta lista de comida, me doy cuenta que comimos un montón de cosas... ¡pero todo riquísimo!

    

Lo pasamos genial pero todo lo bueno se acaba. ¡Qué pena!

El domingo ya no cuenta como un día en Valencia porque tuve que coger el avión a las nueve y por eso me marché más o menos en la maldita madrugada. Menos mal que mi madre y su novio me acompañaron. Después de despedirme no sentí triste. Lo pasé genial con ellos y sé que nos veremos en un mes y medio. No merece la pena ponerme triste, así que no me voy a arruinar mis últimos meses aquí. No lo haré. Voy a aprovechar todo y voy a ser feliz.