Un sorprendente regreso a Berlín-Layla Wood-SVE en España

Un sorprendente regreso a Berlín

11.06.2018 - 17.06.2018

El lunes todavía estuve en Barcelona. Después de dos días me sentía un poco mejor y tenía esperanza por mi visita al consulado de Alemania. Afortunadamente el consulado no estaba lejos de la estación de autobuses y por eso puse mi mochila otra vez en una taquilla porque era muy pesada y tuve todo el día para explorar la ciudad y no quise hacerlo con un peso en mi espalda. 

Mi autobús salió a las siete de la tarde y tenía tiempo para organizar mi pasaporte de emergencia y ver un poco más de la ciudad. Eso es lo que pensaba. La realidad fue un poco diferente. Normalmente esta situación no es tan grave. Se puede solicitar un pasaporte nuevo en la embajada en Madrid y después de unas semanas se tiene un pasaporte, sin problemas. Yo tengo una situación muy delicada, ya que tengo billetes para viajar a Londres al final de mes. Por eso necesitaba un pasaporte o algo así inmediatamente. Eso no es posible en Barcelona, solo en Berlín. Berlín, mi casa y muy, muy lejos. Después de muchas lágrimas tenía una buena idea (otra vez eso es lo que pensaba), fui al consulado del Reino Unido porque soy mitad británica y antes tenía un pasaporte británico. Pero allí también no pudieron ayudarme porque un pasaporte de emergencia cuesta muchísimo dinero, además necesita demasiado tiempo para organizarlo. 

 

Entonces pasé toda la mañana en dos consulados para nada. Durante este drama llamé a mi madre y le conté todo. Hay situaciones en las que solo una madre puede ayudar. Me calmó y me dijo que todo iría bien y si mi madre dice eso, es la verdad.  Me dijo que preguntaría en la oficina de ciudadanía y que resolveríamos  todo. 

Pasé mis últimas horas en Barcelona por la playa. En retrospectiva podría haber sido las vacaciones mejores que he tenido en España. Excepto lo del robo todo fue bien y me divertí mucho aunque estaba sola. Antes de salir tenía un poco de miedo de estar en vacaciones sola, pero ahora sé que no me molesta y que puedo planear y organizar todo muy bien. Aunque estuve en dos consulados mucho tiempo, vi todas las cosas que quería y más. La ciudad es preciosa y espero que un día puedo pensar en ella sin ponerme triste. 

   

Cuando estuve en el Autobús a Gijón (pude tomar mi asiento sin problema con la denuncia de la policía) mi madre me dijo que tenía que volver a Alemania para obtener la identificación de emergencia para ir a Inglaterra. ¡Un horror! 

El miércoles estuve en Berlín y en los brazos de mi madre. No pude pasar mucho tiempo con ella o mi hermana porque era tarde y estaba demasiada cansada.

El día siguiente estuve todo el día en la oficina de pasaportes porque no tenía cita. Esperé muchísimo tiempo. Pero eso no me importó, solo me importaba que obtuviera un pasaporte y una identificación nueva. Después de un rato organicé todo. Todo estaba preparado y mi viaje a Londres al final del mes era posible. 

Otra vez no pude pasar mucho tiempo con mi familia porque estuve en la oficina todo el día y quise acostarme temprano porque tenía que levantarme a las cuatro de la mañana para coger mi vuelo a Lisboa. Dos días en casa pero no me sentía así, casi nunca vi mi familia y estuve bastante tiempo en otros lugares. Los vuelos a Lisboa y Oviedo fueron bien y tenía ganas de llegar a casa y dormir, por fin sin preocupaciones de pasaportes o vuelos. Pero mis problemas no acabaron. Oh no. Por supuesto algo tenía que salir mal. No tenía efectivo para pagar el billete del autobús del aeropuerto a Gijón. Pensaba "No hay problemas, puedo comprar el billete en una máquina con mi tarjeta alemana". Eso es lo que pensaba. Pero no era así por que NO HAY máquinas de billetes en el aeropuerto. Además no pude sacar dinero de las máquinas de bancos porque solo puede sacar veinte euros y yo, pobrecita, solo tenía dieciocho euros en mi cuenta. Entonces, no pude comprar el billete. En serio, creo que tengo una maldición, no es normal que tantas cosas salgan mal en una sola semana. Empecé a llorar otra vez porque estaba tan cansada, triste e impotente. Creo que nunca en mi vida he llorado tanto como en esta semana. Gracias a dios estoy en España (y no en Alemania) porque el conductor vi mis lágrimas y mi pánico y me dijo que podría "comprar el billete en Gijón" (cuándo llegamos en Gijón me dijo que no es necesario). ¡Qué hombre! ¡Mi salvación en esta situación terrible!

Esta fue la semana más emocionante, terrible, triste, hética y activa de mi vida. En una semana fui a Barcelona, a Gijón, a Bilbao, a Düsseldorf, a Berlín a Lisboa y otra vez a Gijón. Aunque de momento me siento muy mal cuando pienso en esa semana, tengo esperanza que en unos meses... o años... voy a reírme sobre eso.