Saludos desde el sur de Bélgica,
Tras tres meses aquí puedo decir que me encuentro completamente adaptada, tanto en el trabajo como en el entorno.
En mi trabajo como voluntaria en Foyer l'Aubépine, un centro donde 10 niños con problemas familiares o económicos viven de manera temporal, se ha vuelto cada vez más interesante y creativo. El entorno laboral es inmejorable.
El equipo es muy acogedor y dinámico, el ambiente es agradable y afectuoso. La casa tiene un ambiente alegre y reconfortante. Los jóvenes y los miembros del equipo hablan libremente.
Todos trabajan cooperativamente para hacer tanto las actividades/propuestas educativas/lúdicas como el día a día y la cotidianidad lo más divertidas posibles.
La primavera marea con sus cambios de temperatura, lluvias y vientos pero los días comienzan a ser más largos y soleados, y eso en el entorno rural donde me encuentro es maravilloso.
Poco a poco voy conociendo ciudades cercanas y gente, dentro de lo que esta fastidiosa situación pandémica permite. No siento que halla una gran diferencia cultural, los belgas son muy amables y educados y amistosos. Y el chocolate Y su cerveza inmejorable!