Mi tercer mes en Génova empezó de una muy buena manera, unos cuantos voluntarios europeos (esos que había conocido en Roma) nos juntamos para celebrar Halloween.
Dos semanas después fue mi cumpleaños así que como no podía ser de otro modo toco fiesta.
Además tuve visita de mis padres lo cual fue genial y aproveche para conocer un poco más de Génova. Génova es una ciudad perfecta para vivir en la que cada día descubro algo nuevo.
La semana pasada toco Polonia, que fui a visitar a una amiga que está viviendo allí. Así que fue un mes bastante movidito.
Pero además de viajes y fiesta, toca trabajar y cada vez estoy más cómoda y contenta en el proyecto con los niños.