¿Qué os puedo contar de este primer mes como voluntario EVS en Croacia? Pues que ha sido, si tuviera que describirlo con un único adjetivo, curioso.
Comenzó de una manera bastante turbulenta: equipaje se perdió en algún lugar entre Madrid y Zagreb (concretamente en Praga). Por suerte, a los dos días este pequeño contratiempo estaba solucionado.
La primera semana fue una semana de instalación, de conocer el entorno en el que voy a vivir en estos próximos 11 meses, así como a toda la gente con quien voy a convivir. Agradezco a la asociación ( Udruga Amazonas) que nos hiciesen la tarea de conocer la ciudad bastante amena. Crearon un pequeño juego llamado "Mission Impossible", consistente en 20 tareas a llevar a cabo en Zagreb. En su mayoría era hacernos fotos en monumentos o lugares turísticos ( la estatua del Primer Rey de Croacia, la estatua del poeta Antun Gustav Matos o las tortugas que habitan el estanque del Jardín Botánico de Zagreb son algunos ejemplos).
Una semana después, mis compañeras de piso ( y de trabajo) y yo tuvimos que ir al encuentro de voluntarios conocido como "On-arrival training". Un pequeño aprendizaje que tenemos que realizar todos los voluntarios a largo plazo para afrontar el año que tenemos por delante, principalmente enfocado a aclarar nuestros objetivos personales y los métodos para llevarlos a cabo. Este encuentro se produjo en la ciudad - o pueblo - de Orahovica. Situada en la zona oriental del país, tiene una población de apenas 5000 habitantes, y está a cientos de kilómetros de cualquier núcleo urbano medianamente grande. Conclusión: nos llevaron al centro de ninguna parte. Aún así, fue una grata sorpresa. La región me recordó mucho a Extremadura, a la zona norte de la Sierra de Gredos, pero más llana. El paisaje era una mezcla de bosques compuestos por hayas, robles y castaños - similares a los que hay en Asturias - y decenas de hectáreas de viñedos.
De las actividades que llevamos a cabo allí, me gustaría resaltar un pequeño proyecto casi improvisado que tuvimos que realizar,, a modo de entrenamiento. Con 4 compañeras, nos acercamos una mañana al núcleo poblacional con carteles que decían "Abrazos Gratis", y nos dedicamos a ver cómo respondían los habitantes locales a dichos anuncios. Fue una sorpresa para mí que la espectacular recepción que tuvo esta iniciativa. Esto me ayudó a acabar con un pequeño prejuicio (más bien una sensación, en tanto que esperaba ponerlo a prueba), que se había generado en mí la semana anterior: los Croatas son poco abiertos con los desconocidos. Pude comprobar perfectamente que esto no es así... incluso la alcaldesa de la villa vino a solicitar - sí, vino ella, no fuimos nosotros - que le diésemos un abrazo.
Pero, lo mejor del entrenamiento, fueron las amistades que hicimos. Una mezcla variopinta de nacionalidades: Bulgaria, Holanda, Macedonia, España, Italia, Alemania, Francia; repartida por la pequeña nación de Croacia: Rijeka, Zadar...y sobre todo, Zagreb.
Las dos semanas que restan del mes, fueron un poco más normales. La actividad principal ha sido aprender capoeira, tanto la parte deportiva como la musical. No me extenderé aquí, sino que reservo estos temas para futuros blogs, donde explayarme más sobre la materia. En lo que respecta al tiempo de ocio, he descubierto que Zagreb es una ciudad muy dinámica, más repleta de vida de lo que me esperaba en un principio. Los festivales de cine se suceden semana tras semana, los conciertos al aire libre en esta época del año son habituales ( incluso hay un parque habilitado con este propósito, el parque Bundek), o lo extravagante y poco saludable (pero delicioso) que resultó el Festival de las Hamburguesas, que se prolongó por una semana.
Creo que eso es todo por ahora. En las próximas semanas tendréis posts acerca del capoeira y de su música, del mundo de la literatura underground en Zagreb y el relato de cómo acabé en un Spot para la televisión nacional croata.
Estad al tanto. Lo mejor siempre está por venir.