Gracias al 100 aniversario de la antigua República de Checoslovaquia y al día de Todos los santos tuve ocasión de hacer un viajecito por Viena, sur de Eslovaquia, Budapest y Timisoara (en Rumanía, recomendadísima). Dejando a un lado las dos maravillosas capitales, fue muy interesante la visita a otro voluntario que está haciendo su EVS en Velky Meder (famosa por sus termas), a una hora al sur de Bratislava. En este pueblo lo que se escucha por los bares, la calle y el centro cultural no es eslovaco, sino húngaro. Esta foto (la del puente, un poco borrosa) de aquí está hecha desde otra ciudad no muy lejos de allí, Komarno: el puente cruza el Danubio y cuando termina llegas a Komárom, el mismo pueblo pero en versión húngara. Una zona dividida después de la primera Guerra Mundial (fin del Imperio Austro-Húngaro, crean Checoslovaquia) entre dos países; pero es que en el norte de Rumanía, en Transilvania, también hay un número considerable de personas que reclaman su identidad húngara. Y ahí está el enorme Parlamento de Budapest, construido y pensado para un país que ocupaba tres veces lo que es ahora, con todos esos húngaros fuera de sus fronteras.
Volviendo a Eslovaquia, dejo algunas fotitos (de calidad asombrosa como veis) de pueblecitos, iglesias y castillos de postal. Lo mejor de este mes, Sekier: una ecoaldea en el medio de un valle (a 40 minutos andando de Zaeẑova) donde otra compañera hizo su voluntariado en los últimos seis meses. El castillo está en Orava, muy cerca de la frontera con Polonia. La otra foto es Spania Dolina, otro pueblecito a 20 miniutos de Banska Bistrica, donde estuvimos esta semana con otros voluntarios de YMCA hablando de, entre otras cosas, la cultura y modo de vida de la comunidad romaní.