Mucho trabajo- Alejandra Soria desde Francia

Mucho trabajo

Este mes se me ha hecho muy corto, pero ya me habían advertido de que los últimos meses del voluntariado se pasan volando. Cuando me doy cuenta de que marcho dentro de 4 meses no me lo creo.

A principios de mes fuimos Anna, Selina, Elena y yo a una fábrica de perfumes llamada Fragonard, que no está lejos de donde vivimos y ya que estamos en Francia, un país conocido por sus perfumes, pensamos que teníamos que ir. Fue una visita interesante y al salir fuimos a por unos helados y a dar una vuelta por la ciudad. Ese día hacía mucho calor, casi 40°, así que de camino a casa hicimos una parada junto al río.

  

Otro de los buenos recuerdos que tengo de este mes es el día que hicimos un picnic para cenar y ver el atardecer, y sí, digo día y no noche porque los franceses cenan alrededor de las 7pm, que para mí sigue siendo muy temprano. Fuimos hasta un mirador que está a unos 10 minutos andando desde casa. Estamos a casi 900 m de altitud así que desde ahí tenemos una hermosa vista de la costa y también de varios pueblitos. Es uno de mis lugares favoritos de todo el centro.

En cuanto al trabajo, este mes estuve trabajando sobre todo con libélulas, para tener una idea de qué especies habitan en los estanques que tenemos en el centro, y con una especie de mariposa para obtener datos de la población (cuántas hay, si son machos o hembras, qué especies de plantas comen, cuál es su esperanza de vida, etc.). Una vez a la semana también fuimos en busca de una víbora, para ver si habita o no en el centro, pero no la encontramos. En fin, mucho trabajo de campo, que a veces resulta muy cansado, pero, en general, lo agradezco ya que no me gusta estar sentada frente al ordenador todo el día.

A finales de mes nos subimos al Tren des merveilles, un tren que va desde Niza hasta Tende, un pueblo que está en la frontera entre Italia y los Alpes franceses. Se trata de una visita guiada por lo que dentro del tren te van contando un poco la historia del recorrido de la línea y de los pueblos por los que pasa. Los paisajes son muy bonitos y el pueblo de Tende es pequeño y tiene un museo del patrimonio arqueológico. Comimos allí ya que no era nada caro y justo el día en el que fuimos había un mercadillo con productos artesanales. Me encanta darme una vuelta por ese tipo de puestos porque puedes darte una idea de las actividades económicas que existen en esos pueblos y al comprar sabes que te llevas buenos productos que tal vez no encuentres en otros sitios, a la vez que apoyas a los pequeños productores.

 

 

Un par de días después marcho Anna de vuelta a Estados Unidos así que le hicimos una cena de despedida. Y a finales de mes marcho también Selina, mi compañera de habitación durante los últimos 3 meses, así que fue una despedida difícil, pero, si todo va bien, la volveré a ver para mis próximas vacaciones en octubre.

¡Y así me despido hasta la próxima entrada!