Cuando hicimos el seminario en línea en febrero teníamos la opción de poner nuestros datos y la zona de Francia en la que estamos realizando nuestros proyectos en una página a la que pueden acceder los demás participantes del seminario. De esta forma nos encontraron 2 chicas que están haciendo su voluntariado en Toulouse pero que tenían unos días de descanso y vinieron a conocer Niza.
Visitamos un pueblo llamado Èze que se encuentra entre Niza y Mónaco. Es un lugar precioso que está en lo alto de un acantilado y tiene unas calles medievales llenas de arte y de pequeñas tiendas de productos locales artesanales. También hay un jardín botánico exótico muy bonito en el punto más alto del pueblo por lo que hay unas vistas maravillosas del mar Mediterráneo. Después fuimos un poco a la playa, pero tuvimos que marchar antes de lo que nos hubiera gustado por temas del parking.
Si en el futuro visito algún otro sitio de Francia me gustaría contactar con otros voluntarios porque pienso que es una buena forma de conocer a otras personas que están viviendo experiencias similares y, además, creo que la experiencia de conocer estos lugares siempre es mejor cuando te los muestran personas que viven allí.
Del 4 al 7 de julio tuvo lugar el segundo y último seminario de voluntarios del CES en Francia. Fueron 12 horas de viaje ya que nosotras vivimos cerca de Niza, casi junto a Italia, y el seminario fue cerca de Nantes, justo al otro extremo del país. Elena y yo partimos temprano desde Antibes y en Aviñón se subió César, el chico voluntario que está en el centro de nuestra organización que se localiza en Arles. Fueron muy pocos días y se nos hicieron cortos porque lo pasamos muy bien. Tanto los monitores como los temas y actividades que propusieron fueron de mucha ayuda. Compartimos experiencias y reflexionamos sobre cómo hemos cambiado y mejorado a partir de ellas. La mayoría de los voluntarios estaban ya en el tramo final y muchos de ellos tienen la idea de quedarse a vivir aquí así que ese fue uno de los temas que propusimos para que nos dieran recursos de cómo hacerlo. La última noche fuimos a un bar junto a la playa en el que había muy buena música y bailamos hasta las tantas de la mañana acompañados por una luna naranja enorme.
En conclusión, fue una vivencia increíble y me encantaría seguir en contacto con todos los participantes.
Las 2 últimas semanas de julio estuve de vacaciones. Sabía desde el principio que quería quedarme en Francia para visitar nuevos lugares. Al final nos decidimos por hacer un pequeño tour por la zona suroeste del país. Visitamos Marsella, Montpellier, Carcasona y Toulouse.
Siempre que puedo viajo en tren, para mí es lo más cómodo, lo más ecológico y me encanta ir mirando los paisajes por la ventana, pero es carísimo y por más que busqué, no encontré una opción que me pudiera permitir así que al final hice todos los trayectos en bus.
En Marsella fuimos al museo de Historia Natural y al de Bellas Artes y paseamos por el puerto. Me gustó que siempre hay gente en las calles y hay personas de todas partes del mundo por lo que buscando poco encuentras cosas que hacer y planes interesantes que no son caros.
La siguiente ciudad que visitamos fue Montpellier, que fue la que más me gustó. Hay mucha gente joven y buen ambiente. Además, tienes la montaña y el mar relativamente cerca. Casi todo lo que queríamos ver está en el casco viejo por lo que fue muy cómodo movernos andando por la ciudad y familiarizarnos con las calles. De todas formas, el transporte público es muy eficaz y también tienes la opción de alquilar las bicis del ayuntamiento. El finde que estuvimos allí fuimos a 2 mercadillos; el de Lez, que se enfoca sobre todo en restauración, y el Dimanches du Peyrou, en la plaza de Peyrou, frente al arco del triunfo y la torre del agua, en el que se venden antigüedades y también hay foodtrucks.
De camino a Toulouse paramos en Carcasona, una villa medieval que conserva varios elementos de la Edad Media y que tiene un castillo con unas murallas impresionantes. Y así, nuestra ultima parada fue Toulouse. Tiene muchas zonas verdes por lo que casi todos los días hicimos picnic en algún jardín o parque. Hay varios puentes que cruzan el río Garona en los que puedes dar un paseo admirando el atardecer.
Ahora toca hablar de mi experiencia con el transporte de larga distancia en Francia. La vuelta a Niza fue horrible. Para empezar, ya eran 8 horas de trayecto desde Toulouse a Niza, donde me recogería alguien de mi asociación para hacer otra hora en coche de camino a casa. Pues bien, mi bus llegó con retraso, no 10 minutos, ni 1 hora, ¡si no 3 horas! Así que finalmente llegamos a casa a las 3 de la mañana. El chófer paró como 5 veces a lo largo del camino y 3 de ellas al lado de la carretera, donde no había baños cerca ni ningún sitio en el que pudiéramos comprar algo para comer o andar para estirar las piernas. Compartí mi experiencia con más gente que ha viajado en tren o bus en Francia y parece que es normal que lleguen con retraso y que los conductores no sean muy simpáticos, sobre todo si no les hablas en francés. Así que la próxima vez que viaje tendré que reflexionar sobre el medio de transporte en el que me moveré.
Bueno, este ha sido mi mes muy resumido, aunque ya veo que me quedo más largo de lo que esperaba.