02.07.2018 - 08.07.2018
Siempre estoy muy emocionada con mis viajes y vacaciones y quiero que todo vaya bien y por eso organizo todo que puedo antes de irme: busco alojamientos centrales, los lugares más famosos, planeo el orden en que quiero verlos e investigo la comida tradicional. Por eso mis días en Madrid fueron planeados perfectamente. Lo único que me molestó fue mi humor. En general estoy bien cuando viajo sola, no me siento mal y no estoy aburrida pero esta vez fue diferente porque un día antes estuve con mi hermana y mi madre y de repente estaba sola otra vez en una ciudad preciosa sin alguien con quien compartir esta experiencia.
Vi muchísimas cosas y después de unas horas y mensajes de mi hermana estaba mejor y por fin me divertí. Sería una lástima estar triste en vacaciones, en serio.
He dicho esto mucho pero voy a repetirlo otra vez: No me siento como en España. Asturias no es "España" como los alemanes (y resto del mundo, creo) lo conocen. El tiempo es horrible, siempre hace frio, hay nubles y casi nunca veo el sol. Eso está bien para mi vida cotidiana pero a veces quiero sol, calor y simplemente sentirme como en España. Esta semana mi sueño se ha cumplido... No tenía ni idea de que significa calor hasta mi estancia en Madrid y tampoco entendía la necesidad de la siesta (siempre entendía la teoría pero ahora la entiendo de verdad). No quería hacer nada durante la tarde, nada de nada pero tenía un plan de actividades y por eso me forcé de hacer algo, muchas veces algo en la sombra y cerca de agua (para beber).
No había ninguna nube en el cielo y el sol era implacable y ahora también entiendo la frase "ten cuidado de lo que deseas"... No podría sobrevivir en España (excepto en el norte - gracias Asturias y tu tiempo de mierda).
Algo increíble me pasó cerca del Palacio Real: caminé tranquilamente y aproveché la vista preciosa y de repente oí un ruido detrás de mi espalda... ¡en mi mochila! Era la cremallera de mi mochila. Un chico intentaba abrir mi mochila y coger algo, ¡otra vez! Gracias a mi experiencia en Barcelona estaba preparada para esta situación y no tomó nada. Le grité, me fui muy lejos de él y puse mi mochila en mi pecho. ¡Qué hijo de la gran puta! Tuvo el cuerpo de fingir que era inocente. Un mentiroso de verdad.
Otra cosa que me molestó fueron los camareros y empleados en tiendas en Madrid. No me malinterpretad, eran amables pero cuando oyen mi acento siempre quieren hablar inglés conmigo porque piensan que es lo que quiero. Eso no es así. Estoy en España para aprender español, ya hablo inglés muy bien. Yo siempre hablo y contesto en español pero ellos no se dan cuenta o no les importa.
Estaba triste y feliz cuando estaba en el tren a Gijón. Triste porque mis vacaciones fueron finalizadas y feliz porque tenía ganas de volver a mi vida cotidiana. Tomar vacaciones es guay pero después de tanto tiempo solo quiero volver a la normalidad.