La llegada-Isabel Lang desde Austria

¡Buenas! 


Me presento antes de nada. Tal vez vayas a seguir el hilo de mi historia en el voluntariado, o quizá estás solo curioseando para tener una impresión general. Sea como sea, espero poder ayudarte a averiguar algo más del Cuerpo Solidario de Solidaridad. Me llamo Isabel y tengo 22 años, me he ido de voluntariado a Viena nada más acabar mi carrera (Comercio y Marketing) para trabajar en un Kindergruppe bilingüe español-alemán. A primera vista, nada que ver, pero de hecho estoy aprendiendo más de lo que hubiera imaginado. Sin más dilación, ¿Cómo ha sido este primer mes?
El comienzo fue algo turbulento, puesto que pillé un catarro después de un día entero viajando y me pasé los primeros días debilucha en casa. Este fue el momento de verlo todo muy negro, sola y todavía sin amigos en una ciudad extraña. De hecho, recuerdo haber tenido pensamientos negativos acerca de todo en mi entorno (que si el piso era pequeño, que si el barrio parecía peligroso, que si el proyecto estaba demasiado alejado...). Por supuesto, se me pasó en cuanto recuperé, pero en esos días volvieron todas las dudas típicas: ¿He elegido bien? ¿Era el momento adecuado? ¿Y si no me gusta? 
La primera semana en el proyecto también fue algo turbulenta, puesto que me tocó ayudar en una guardería que abría nueva y en esta etapa todo es un poco caótico: niños que jamás se han separado de sus padres con sus berrinches, cambios de horario, la barrera lingüistica etc. Tras dos días introductorios con la asociación de acogida, comenzó además el curso de alemán intensivo en las tardes (18:00-21:00) y nunca parecía tener tiempo para nada. Los otros voluntarios eran simpáticos, pero apenas nos juntabamos más que en las noches para aquellos que vivimos en la misma residencia de estudiantes (Que por cierto, estaba vacía porque las clases comienzan en octubre). En general, iba a marchas forzadas.
Sin embargo, tras este comienzo tan difícil todo mejoró enormemente. Visité Budapest el fin de semana (tengo amigos allí) y a la vuelta ya estaba de otro humor. En mi segunda semana me metí a todo grupo de Facebook abierto (Tandem, Erasmus, Hiking, Share&Care...), porque Viena es una ciudad muy viva y llena de posibilidades. En mi proyecto empecé a tratar más con el equipo de pedagogos y me arroparon muchísimo, aconsejandome sobre como vivir de forma económica e incluso regalándome una bicicleta, ropa y cubertería. Pero el momento clave fue el On-Arrival training que organizó la Agencia Nacional, cuatro días en un hotel maravilloso (con jardines y de todo) con muchos otros voluntarios de toda Austria. Finalmente pudimos expresar abiertamente nuestros miedos, expectativas y situación en general.

  

foto

Además, nos fuimos a juntar el grupo más divertido (los trainers nos lo confesaron) y fue una gran fiesta. Tras el evento, tenemos amigos repartidos por el país y los de Viena nos hemos juntado más.
A estas alturas he visitado dos grandes ciudades (Budapest y Praga), he asistido al "oktoberfest" vienés, me he hecho con toda una colección de otoño en tiendas de segunda mano y me he apuntado al gimnasio con amigos. Viena es realmente un sitio maravilloso para vivir, con mucho verde, gente amable y mil eventos. La sanidad funciona estupendamente (tuve que ir al médico y no esperé ni 10 minutos, me sacaron sangre y al día siguiente tuve mis resultados), el transporte público es puntual y las calles son muy seguras. Una vez te adaptas, el nivel de vida es bueno incluso si el voluntariado cubre lo justo. 

 

En mi proyecto me siento cada vez más integrada y sé que estoy aportando bastante. La forma de trabajar con niños es muy diferente a lo que había vivido en España, donde solo colaboraba puntualmente con Cruz Roja. Aquí los padres son mucho más "laissez faire" y los pequeños muy independientes, aunque de todas formas te comen a besos y abrazos cada día (alerta mocos). Me estoy interesando mucho por la pedagogia y psicología infantil, así que a saber que pasará una vez finalizados los 11 meses.
Creo que la moraleja en este primer capítulo sería que tienes que darte un tiempo y un respiro cuando se trata de irte a vivir a otro país. En el voluntariado estás muy protegido: los responsables de la asociación de acogida organizan eventos y se preocupan de guiarte en todos los asuntos burocráticos, tienes un tutor, un mentor y un Coala (amigo asignado, basicamente). Para cualquier cosa, hay al menos 3 personas a las que contactar lara pedir ayuda, eso sin contar con tus amigos.
Eso seria todo por el momento, dejo unas cuantas fotos de mis aventuras. ¡Hasta el mes que viene!