No he tenido tiempo de acostumbrarme a mi nueva vida en Gijón y Kimi y yo tenemos que coger el tren para Canfranc, en los Pirineos. De hecho, todos los voluntarios involucrados en un proyecto EVS tienen que hacer algunos días de formación por el voluntariado durante del primer mes desde su llegada a el país de acogida. El objetivo es dar información a los voluntarios sobre sus derechos y deberes, proporcionar nociones convenientes de la vida en España y dar consejos útiles sobre cómo abordar esta experiencia para explotarla al 100%. Además muy importante es que en estos días tenemos la oportunidad de encontrarnos con otros jóvenes que están en la nuestra misma situación: que acaban de llegar a un nuevo país, con diversas dificultades como el idioma extranjero y las diferencias culturales en los hábitos y costumbres, especialmente para los que vienen de países del norte de Europa. Es una oportunidad para hacer nuevos conocimientos y amistades.
Fue un viaje muy largo. Partimos temprano de jueves por la mañana y llegamos a Canfranc en la tarde. Nuestro grupo estaba formado por 23 voluntarios, incluyendo 8 italianos. Fue lindo hablar un poquito de italiano con ellos. En general, soy feliz de haber encontrado personas interesantes, cada uno con sus experiencias anteriores y con su expectativas para el futuro. Quiero ver de nuevo a todos ellos, quizás en algún viaje que seguramente voy a hacer durante mi permanencia en España.
La formación fue muy divertida, aunque también tan intensa que fue casi agotadora. Hemos hecho varias actividades, como por ejemplo un curso básico de español, sesiones informativas sobre el programa EVS y además sobre el nuevo programa CES (Cuerpo Europeo de Solidaridad) que desde el próximo año lo va a reemplazar. También, hemos hecho sesiones sobre los estilos de comunicación eficaces, reflexiones sobre la diversidad cultural y sobre el proceso de aprendizaje en general (aprender a aprender). Estas pequeñas lecciones fueron propuestas por nuestros entrenadores Alberto, Isa y Pedro. Me gustaría agradecerselo porque fueron muy amables con nosotros.
Junto a estas sesiones, también tuvimos la oportunidad de hacer algunas excursiones. Por supuesto, tuvimos la oportunidad de explorar Canfranc mejor. Este pequeño pueblo en los Pirineos está dividido en dos países no muy lejos uno del otro: Canfranc Pueblo y Canfranc-Estación. Canfranc Pueblo está habitado por solo unos cuarenta habitantes debido a un grave incendio en los años cuarenta, que obligó a muchos habitantes a marcharse. Canfranc-Estacion es la sede de una gran estación de ferrocarril construida en 1928 que conecta a España y Francia, ahora abandonada. Pudimos apreciar la belleza y la historia de estos lugares gracias a Manu, nuestro guía local, que nos explicó tanto que necesitaría un libro para contaroslo. Solo me gustaría mencionar que cerca de Canfranc nace el río Aragón, de donde proviene el nombre de la comunidad autónoma de Aragón.
También pudimos visitar la ciudad de Jaca, en particular su castillo y su catedral. Jaca es muy bonita y fue una mañana agradable con otros voluntarios. Lástima solo por la lluvia que tuvimos que enfrentar.
Como última cena en Canfranc, decidimos organizar una cena multicultural. Nosotros los italianos hemos preparado "pasta alla norma", los franceses hicieron crepes, una chica portuguesa cocinó bacalao, y así sucesivamente. Todos los platos eran deliciosos, pero claramente nuestra pasta era el mejor plato.
Seguramente nunca olvidaré estos días en Canfranc y las personas que conocí allí, espero volver a verlos.