¡Hola de nuevo! Aquí está, Sergio, otra vez escribiendo desde Cracovia. Es increíble como ya han pasado casi cuatro meses desde diciembre y ya de repente estamos en primavera.
Después de pasar el invierno más largo y frío de mi vida, cubierto de nieve, hielo y oscuridad, ¡batiendo mi record negativo de temperatura de hasta -17ºC! Por fin, se empieza a apreciar los días más largos, mejores temperaturas, los árboles empezando a florecer, dando una imagen totalmente diferente a la ciudad.
Los meses de diciembre y enero quizá han sido los más duros, con respecto al clima y las restricciones, que apenas nos permitieron disfrutar fuera de casa, aunque aun así siempre encontramos nuevas alternativas adaptándonos a las circunstancias, como organizando cenas en casa, paseando por el majestuoso centro o visitando otras ciudades. También el lado positivo de conocer constantemente nuevos voluntarios internacionales enriquece mucho la experiencia.
Foto 1: Visita a nuevos voluntarios en Katowice.
En cambio, Febrero y Marzo, nos ha permitido dar un giro de 360º a la experiencia: disfrutando los atardeceres en el río Vístula, picnics en el parque o senderismo.
Con respecto al trabajo, estos meses en la guardería me han servido para desarrollarme personalmente, creando más actividades individualmente: clases de español, manualidades, decoración para la clase, bailes y juegos. También me ha servido para entender mejor tanto a los niños como al personal que trabaja allí, a pesar de no hablar el mismo idioma.
Foto 2: Día de los abuelos en la guardería.
Ya estamos en la última etapa del proyecto, que termina el 30 de Junio, deseando que estos tres últimos meses se puedan exprimir al máximo.