El tiempo vuela... ¡Un mes ya de SVE en Nîmes!- Chema Pérez-SVE en Francia

¡Bonjour! Después de unas semanas frenéticas llenas de la habitual carga emocional acumulada durante la llegada y adaptación a una nueva vida, encuentro finalmente un hueco donde escribir sobre un primer mes donde muchas de las expectativas se han visto ya superadas y donde otras están aún por superar.

 

El viaje no pudo ser más cómodo: tren desde Madrid hasta Nîmes, la ciudad del sur de Francia donde vivo y llevo a cabo mi SVE actualmente. El tren para en varias ciudades tanto españolas como francesas y llega hasta Nîmes pasando por Perpignan, así que fue muy fácil llegar.

Como en cualquier comienzo de una nueva etapa, tenía mis pequeñas dudas debido a la incertidumbre que siempre acompaña cuando se produce un gran cambio en la rutina, dudas que se fueron convirtiendo en nervios a medida que el tren se acercaba a Nîmes pero que desaparecieron por completo en cuanto pisé el andén y me recibió Dorian, el coordinador del proyecto, y dos de mis compañeras de piso: Cathaysa de las Islas Canarias y Miina de Finlandia. Estas dudas, además de desaparecer, se convirtieron en alegría e ilusión cuando llegué al piso y pude comprobar que superaba con creces mis expectativas. Es amplio con grandes ventanales desde donde pueden verse Les Arènes, un anfiteatro romano que es el monumento más destacado y representativo de la ciudad, y que solo está a un minuto andando del piso (o menos). El centro de la ciudad y el instituto Saint Vincent de Paul (organización de acogida) donde realizo el SVE quedan también muy cerca, por no hablar de la ONG La Maison de l'Europe (organización coordinadora) donde voy los miércoles y los viernes por la tarde, que está justo en la acera de en frente. Después explicaré cómo han sido estas semanas en el instituto Saint Vincent de Paul y en La Maison de l'Europe.

¡Y qué decir de Nîmes! Salir a dar un paseo es como entrar en un museo porque está llena de monumentos de la época romana. Además tiene un parque muy bonito junto a un canal con ese encanto francés, y da auténtico gusto recorrer las callejuelas del casco antiguo.

Al día siguiente fuimos a buscar a la estación de tren a Deea, otra de mis compañeras de piso, que es de Rumanía y a la que tuvimos que ayudar a llevar la maleta porque se le había roto una de las ruedas por el camino.

Y a continuación empieza todo.

Media hora después de que Deea llegara a Nîmes por la tarde, ya casi noche, y la acompañáramos hasta el piso, nos subimos al coche de Dorian, Cathaysa (Islas Canarias), Miina (Finlandia) Deea (Rumanía) y yo, para ir a un Youth Exchange en un pueblo llamado Sauve que está a unos 45 minutos de Nîmes. Llegamos ya de noche y había gente de muchos países (Egipto, Bulgaria, Hungría, Grecia, etc.), muchos de ellos con una cerveza en la mano así que fue un recibimiento bastante acogedor. El sitio era increíble, tipo camping, en mitad del campo y dormimos en bungalows. Al día siguiente preparamos el desayuno para toda la gente que formaba parte del Youth Exchange (unas 30 personas), fregamos los platos con la ayuda de un lavavajillas y nos dimos un chapuzón en la piscina del camping. No pudimos asistir a los talleres (salvo a uno donde tuvimos que tratar de crear nuestro propio proyecto) porque no asistimos como participantes, pero sirvió como experiencia para comprobar de primera mano cómo funciona un Youth Exchange ya que nunca antes había estado en ninguno y para conocer un poco mejor las posibilidades en cuanto a movilidad que ofrece el programa Erasmus +. ¡Ah! Y cómo no, para conocer a la cuarta compañera de piso que había llegado antes a Francia para ser Youth Leader en el Youth Exchange y a la que conocimos en Sauve nada más llegar: Dionysia de Grecia.

Estas primeras semanas han sido sobre todo de adaptación al cambio radical de vida y al día a día en el piso que, recapitulando hasta el momento del Youth Exchange, compartía con cuatro chicas de España, Finlandia, Rumanía y Grecia. Pero todavía hay más. Una semana después de llegar del Youth Exchange, donde estuvimos un fin de semana y ya en Nîmes, llegó Lisa: de Stuttgart y que, a diferencia del resto, forma parte de un convenio entre Francia y Alemania, que no forma parte de Erasmus +, y al que aquí llaman Service Civique. Así que ya estamos todos en el piso, o todas, tratando de adaptar nuestras costumbres y de hacer que el caos sea el menor posible, ya que aparte de vivir seis personas desconocidas en un piso, lo cual no es fácil, somos cinco nacionalidades diferentes viviendo bajo el mismo techo.

Hemos tenido tiempo para conocer la ciudad, ir a la playa (está a casi una hora en tren pero ¡solo cuesta un euro!), hacer senderismo por la región gracias a Jean Luc, presidente del Movimiento Europeo en Nîmes que conoce a la perfección todos los caminos, bañarnos en el río, tomar unas cuantas cervezas en La Feria (fiestas de Nîmes) y, sobre todo, para conocer a mucha gente.

 

La vida en el instituto estas semanas ha sido un auténtico no parar porque estamos en proceso de planificarlo todo bien para poder llevar a cabo nuestra función como SVE de la mejor manera posible de modo que sea, por ejemplo, compatible con loshorarios de clase y con el tiempo del que dispone el alumnado. Voy al instituto con Deea y con Lisa, y cada uno de nosotros vamos a promover entre el alumnado la movilidad europea y la enseñanza de lenguas (español, inglés y alemán) a través de la educación no formal. La semana pasada ya organizamos La Journée des Langues (el día de las lenguas), junto con el instituto y La Maison de l'Europe, donde realizamos juegos sobre Europa e informamos al alumnado sobre el programa Erasmus +. Por la mañana fuimos a La Maison de l'Europe a recoger parte del material del evento para llevarlo al instituto, ¡y tenerlo todo a punto!

En cuanto a La Maison de l'Europe, vamos los miércoles y los viernes por la tarde para, sobre todo, ayudar en el desarrollo de una red de jóvenes llamada Réseau Europ-Gard que persigue la creación de eventos para que la gente recién llegada a Nîmes, pueda conocer a gente en un contexto de interculturalidad. El fin de semana pasado, por ejemplo, organizamos un pique-nique en el parque Les Jardins de la Fontaine de Nîmes para poner en marcha la red durante este nuevo año académico y aprovechar para explicar a la gente en qué consiste. Hicimos varios juegos para romper un poco el hielo y conocernos mejor. Deea también aprovechó para tocar un par de canciones con la guitarra y, cómo no, también teníamos un par de botellas de vino para amenizar la velada.

 

El On Arrival Training lo tenemos la semana que viene en Narbonne así que... ¡ya os contaré qué tal va en mi próxima entrada del blog! Hasta ahora las sensaciones están siendo en general muy buenas, la barrera del idioma no está siendo para nada un problema porque ya viví en Francia hace dos años, y el tiempo pasa rapidísimo así que eso significa sin duda que hasta el momento no puedo alegrarme más de haber decidido hacer el SVE y de hacerlo aquí, ¡en Nîmes!