El tiempo pasa volando- Miquel Tur desde Holanda

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Vaya, la última vez que miré el calendario aún era verano. Quizás es el hecho constante de ver fotos de mis amigxs o familiares aún yendo a la playa o la piscina. El otoño no ha llegado para ellxs, parece ser. Me tocará hacer un poco de memoria y recopilar lo que han sido estos meses para mí y para mi proyecto, espero poder hacerlo de forma breve.

No sé si lo dije, pero durante la primera mitad del curso estuve con el grupo 8, lo que equivale a sexto curso en España. Así pues, junio llegó lleno de energía; el final antes de pasar el instituto, ese gran paso, el campamento de final de curso, la excursión al parque de atracciones Efteling (recomendable), los ensayos para la obra de fin de curso y preparar todas las despedidas. Nos plantamos en el último día del curso y pensé que me daría pena despedirme de todos ellos, pero que sería algo que podría sobrellevar. La sorpresa se materializó en forma de detalles de despedida con notas personalizadas, en palabras de gratitud por parte de familiares y abrazos repletos con todo el cariño del mundo. Me llené de energía y brillaba como una pompa de jabón enorme, de las que puedes encontrar en la calle, y como ellas, exploté. No suelo llorar, en general, pero estaba lleno de emociones y necesitaba sacarlas. Era bonito sentir tanto, era abrumador de hecho. Pero me sentí muy afortunado.

Pero no todo puede ser bueno. A la semana empezamos una "spanish summer school" que duraba cinco días. Una actividad que al llegar no estaba organizada, estaba dirigida por alguien que no había organizado algo así jamás, que no tenía título de dirección de tiempo libre o formación en educación. Cayó de lleno en nosotras, las voluntarias (algunas de las cuales teníamos más experiencia), reorganizar lo poco que se había hecho y dar la cara ante las familias, pues éramos las monitoras de la escuela. Se había vendido la experiencia de forma confusa y lxs niñxs que vinieron tenían expectativas muy diferentes, por no hablar de la diversidad de grupo: de una veintena, las edades oscilaban entre 6 y 16 años, ya me diréis que hacer con un grupo así. Pues yo os lo digo: lo que puedas. Sinceramente, espero que, si estáis en algún proyecto, os cercioréis de todas las actividades que vayáis a hacer y cómo se van a realizar, y lo más importante: qué papel tendréis.

A pesar de todo, sobrevivimos. Con el verano llegó el descanso, viajar y descubrir más cosas de este país. Algo a destacar y que recomiendo encarecidamente es el Orgullo de Ámsterdam, es una locura ver la cantidad de eventos, el desfile en los canales, etc. Si tenéis oportunidad, pasaos por ahí.

A finales de agosto empezaron las clases otra vez, eso sí que me pareció diferente. Sin embargo, me adapté a la rutina con facilidad, estar otra vez rodeado de niñxs te da y te quita mucha energía de una forma muy particular. Conocí a las nuevas incorporaciones en el equipo docente y en las aulas, redacté todas las ideas de proyectos y actividades que se me ocurrían, y hasta hoy las voy desarrollando en la medida de lo posible. Los resultados me están gustando mucho y me siento realizado al ver como se va dando todo.

Por último, apuntar que ya empiezo a ver al final a este proyecto, y no me apetece. Estoy tan a gusto... la que no está tan a gusto es mi cuenta bancaria, porqué espero que si estáis pensando en empezar un proyecto de voluntariado, una de dos: o tengáis un proyecto con una remuneración decente o que hayáis ahorrado bastante, porqué puede que en otros sitios sea más fácil, pero en los Países Bajos, vivir "la experiencia Erasmus" que nos venden con la cantidad que nos dan es simple y llanamente imposible.

 

En este punto me veo rodeado de dudas sobre mi futuro. Tocará trabajar duro para disiparlas.

¡Hasta la próxima!

Miquel T.