El comienzo-Maria Dominguez desde Alemania

Mi voluntariado es en  el norte de Alemania en una escuela para niños especiales, en edades entre 7 y 18 años. Los primeros días estaba un poco confundida a cerca de los trenes que debía tomar para poder ir a la escuela, pero poco a poco me fui adaptando. En la escuela mi trabajo es ayudar al profesor de deporte, bien sea ayudando a los niños a hacer las diferentes actividades o armando los equipamientos necesarios para realizar dichas actividades, cabe destacar que no todos los niños tienen las mismas discapacidades por lo tanto no necesitan la misma atencion. El profesor con  el que trabajo es de argentina, pero muy rara vez me habla en español ya que quiere que aprenda aleman. Por suerte para mi, aunque no hablo alemán, los niños son muy cariñosos conmigo y me comunico con ellos en inglés y mediante señas.

 

En relación a la ciudad es una ciudad muy parecida a Gijon, pero con más frío y sin playa, pero tiene mucha naturaleza y rios, es muy acojedora y con hermosos paisajes. Aunque con la situación del virus, podemos hacer muy poco. En el piso donde vivo somos 4 mujeres y en enero viene un nuevo voluntario, la verdad tenemos muy buena convivencia  y pasamos mucho tiempo juntas. También hay otras 3 casas de voluntarios cerca de aqui, y a veces nos reunimos todos para dar paseos, cenar o ver una peliculas. En ese aspecto nunca me siento sola, ya que tratamos de hacernos compañía.

 

Uno de los beneficios que tiene hacer  voluntariado europeo es la oportunidad de poder aprender otro idioma, yo quería mejorar mi ingles, pero al hacer un voluntariado en Alemania el curso que me corresponde es Aleman. Pero el  curso para mi era muy avanzado, porque no eran clases como tal, sino que solo hablaban a cerca de un tema en aleman, por ejemplo politica, y así yo no aprendia nada, así que decide dejar el curso, y al paso de unas semanas la  tutora decidió cambiar el profesor para los principiantes.