Diciembre... Como escribo esto una vez acabado el mes me hace gracia ver la cantidad de cosas que pasan en solo 30 días así que empecemos.
El mes empezó con un viaje en autocar de 6 horas para llegar a la pintoresca Brujas en Bélgica. Empezamos en día a las 4 de la mañana con mucho frío y más dormidas que despiertas pero la ventaja de tener tantas horas de viaje ( y creo que es la única) es que puedes pegarte una siesta un pelin incómoda. Para llegar a Francia usamos el Eurotunel que permite que el autocar se meta en un tren enorme y recorramos así media hora bajo el agua, pero sin ver nada del exterior. Brujas en sí fue muy bonito, con un mercado, comida, decoraciones navideñas y ricos dulces. Además de pasármelo genial con Sam y Cristina, del trabajo.
Qué más pasó este mes??
Ah, si! ¡¡Fue mi cumpleaños!! Yo estaba un poco tristona porque no sabía qué esperar de un día tan especial estando lejos de casa. Cuando me levanté ya sabía que mi compi no iba a estar porque ella trabajaba mientras que yo tenía el día libre. Todos en el trabajo me habían felicitado ya porque no iba a ir el día de mi cumpleaños así que abrí la puerta del salón y Lourdes había tenido el detalle de decorarlo con globos y fotos nuestras además de dejarme un regalo debajo del árbol de Navidad que habíamos puesto unos días antes. Mi familia me llamó o hablamos por Skype y mis padres me mandaron el regalo por correos pero tardó más de lo esperado en llegar así que lo abrí unos días después.
Por la tarde vinieron Cristina y Andreea con más regalos y todas juntas comimos tarta. Por la noche coincidía que era la cena de Navidad del sitio en el que trabajamos y pude celebrar con todos mi cumpleaños comiendo por primera vez comida india ( lo sé, vivo en Inglaterra y no había probado el curry...
).
Unos días después la Navidad estaba ya en el aire y aquí hay una costumbre muy bonita que es repartir postales navideñas con vecinos y compañeros de trabajo. Así que me compré un montón de postales y me puse al lío y no sabéis lo difícil que es intentar no escribir a todo el mundo lo típico y más cuando es en otro idioma. Una tarde entera escribiendo de puño y letra las felicitaciones. Pero reconozco que cuando recibes unas cuantas es un detalle y un recuerdo muy bonito.
Y llegó el momento de volver a casa como El Almendro. Muchos abrazos en el aeropuerto, reencuentro con familiares y amigos y comilonas cada día. Supongo que si hubiera tenido que pasar la Navidad aquí hubiera sido una experiencia diferente pero hay fechas en las que el cuerpo te pide estar en casa.
Y más o menos así ha sido Diciembre. Nos vemos el mes que viene!