9. Pero... ¿Cómo es la educación en Finlandia?
Heippa! De nuevo la Frozen retransmitiendo desde los estudios centrales de Eskola. Como bien habréis leído en el título de este capítulo, hoy la cosa no va a ir sobre los viajes y escapadas que la menda se está haciendo por el Reino del Hielo. No, hoy voy a intentar ponerme seria (no se si lo conseguiré) y explicaros un poquito y de forma breve, espera, ¿ha dicho breve?, ejem, ejem... Que sí, que esta vez lo hago corto, ¡prometido!
¿Por dónde iba? Ahhh sí, explicaros un poquito todo lo que llevo visto durante estos 6 meses en Finlandia. ¿6 meses?, ¿ya?, sí... ¡6meses! o 24 semanas, o 168 días o tropecientasmil horas... Y sí... ¡Sigo viva! Se puede sobrevivir a -33 grados bajo cero sin congelarte y sin morir en el intento. ¿Verdad que el título de Reina del Hielo me lo ha ganado a pulso?
Bien, supongo que el tema de la educación en Finlandia ha sido la pregunta estrella desde que puse un pie en este país. Y no es para menos, después de la cantidad de artículos, estudios y no nos vamos a engañar, el famoso reportaje de Jordi Évole sobre la educación en Finlandia. Después de esto, es normal que todo el mundo esté deseando saber si es verdad todo lo que se dice sobre el sistema educativo finés y cuál es el secreto de su éxito.
Pero vamos a empezar por el principio, como muchos sabréis, (friends y family que son los súper followers del "Diario de una asturiana"), venir a Finlandia era algo que tenía en mente desde que empecé en la Universidad. Pisar un aula en este país no es fácil si no dominas el idioma, y sinceramente yo de finés ni papa, pero gracias al SVE tuve la oportunidad de cumplir uno de mis sueños.
Si que es verdad que el centro donde estoy no es un cole ordinario ni en Finlandia ni en España, ya que como bien os he contado en otros capítulos, esta escuela en una especie de homeschool o similar. Y digo similar ya que no podría definirse únicamente como homeschool. Normalmente en centros de este tipo la educación recae únicamente sobre las familias, mientras que en nuestro cole, la educación de nuestros alumnos es un trabajo mano a mano entre docentes y familias. ¿Extraño?, supongo que sí, pero efectivo también.
Durante estos 6 meses hemos estudiado los planetas convirtiendo la pizarra del aula en nuestro propio sistema solar, aprendido los números, las sumas, restas y hasta multiplicaciones subiendo y bajando las escaleras, que otra cosa no, ¡pero en forma estamos seguro!
Castillos de hielo, que no de arena y es que esto de ver blanco everywhere ya se ha convertido en algo más que normal. Clases de educación física que consisten en patinaje sobre hielo, partidos de ice hockey y como no crosscountry por un bosque cerca del cole.
¿Qué los niños le dan mil vueltas a la profe? Totalmente. Pero eso es algo normal cuando los peques llevan esquiando y patinando desde los tres añitos. ¡No sabéis la envidia que me dan!
Clases de costura, y... ¡atención!, no solo a mano si no también con máquina, clases de tejer y de confección donde los peques de 6 años ya saben como utilizar una aguja mejor que la asturiana que tienen como profe. Cojines, corbatas, calcetines, flores a ganchillo... ¡Puros artistas! Y qué mejor para practicar la motricidad fina que tejer una corbata como regalo para el día del padre, siguiendo como no las instrucciones de una de las abuelas de nuestros alumnos. ¡De película!
No sabéis lo puesta que estoy ahora en hilos y lanas... Vamos que la Olaya que sólo sabía coser un botón ahora es casi una profesional de la industria textil. Vale... no os engaño, no tengo ni idea y sufro cuando tengo que ayudar a alguno de mis alumnos en alguna de sus creaciones, pero oye yo empeño le pongo como la que más. ¿Eso es lo que cuenta no?
Normas poco habituales a lo que estamos acostumbrados, pero que dejan de serlo con el paso de los días. Llegar al cole, quitarte las capas de ropa que prácticamente no te dejan ni caminar, descalzarte, ponerte las zapatillas y empezar la clase.
Percheros llenos de trajes de nieve, cestos de ropa donde los alumnos dejan sus guantes y bufandas para salir al patio, rincones que se convierten en zapateros para dejar las botas cuando llegamos del recreo y un ambiente que te hace sentir como en casa. ¿Y en realidad es de lo que se trata verdad?
El colegio no debe ser un lugar lleno de miedos, dudas y que provoque rechazo en los alumnos. Empezar el cole siempre es algo duro para los más peques de la casa, nuevas caras, miles de reglas y normas que seguramente sean diferentes a lo que están acostumbrados y empezar a "aprender a aprender" y "aprender a ser" no es tarea fácil para nadie.
Por todo esto, hacer de este espacio un lugar en el que se sientan como en casa es algo imprescindible y desde mi punto de vista este centro lo ha conseguido.
Alumnos de infantil, de primaria, profes, cocineras, coordinadores, gente del pueblo... Todos y cada uno de ellos forman una gran familia que luchan por su propio modelo educativo. ¿Qué no será perfecto? Supongo que no y que seguramente cada uno de vosotros tendréis una idea diferente, pero que sin ninguna duda para mí, y a nivel profesional estar aquí como maestra ha sido toda una oportunidad.
Como bien habréis podido comprobar, este cole no es un centro habitual y hasta donde yo se, creo que este sistema educativo es único a nivel mundial.
Sin embargo hace un par de semanas tuve la oportunidad de visitar dos centros escolares de Finlandia, colegios ordinarios que en cierto modo guardan cierta similitud a los de España, nada que ver con todo lo anterior.
Profesoras de dos colegios de Sievi y de Kannus, pueblos que están cerca de Eskola, nos dieron la oportunidad de visitar sus instalaciones y conocer un poquito más y de otro modo como es la educación en este país.
Fue un día muy especial donde los alumnos de ambos colegios pudieron conocer un poquito sobre la cultura española, nuestro idioma y nuestras costumbres. Un día repleto de aprendizaje no solo para los peques si no también para nosotras.
Aulas con no más de 15 alumnos que cuentan con profesoras de apoyo para un aprendizaje más individualizado. Clases de música donde no solo se aprende a tocar la flauta, si no que cuentan con una amplia variedad de instrumentos. Pianos, violines, guitarras... ¡Un abanico de posibilidades donde elegir y probar!
Bibliotecas que consiguen que sientas amor por la lectura. Es imposible decir que no a leer un libro en un castillo rosa repleto de sofás, donde perder el hilo de la lectura resultaría imposible o bien estanterías que guardan camas en su interior para descansar, tomar un respiro y disfrutar un rato leyendo alguna aventura.
Clases donde la lectoescritura es algo que se lleva a cabo a partir de los 7 años, aunque la mayoría ya conocen las letras y empiezan a leer antes de lo marcado. Colegios donde el alumnado con necesidades educativas especiales se encuentra en las mismas aulas y comparte espacios y clases con el resto de alumnos. Un ejemplo de integración que a mi me ha dejado enamorada de este sistema educativo.
Porque hoy por hoy si de algo estoy segura es que otros sistemas y modelos educativos son más que posibles de llevar a cabo y porque sin ninguna duda ser maestra es la mejor decisión que he tomado en mi vida.