Dar guerra a la lluvia-Luis OR-SVE en España

¡Hola!

La última semana la pasé entre Gijón y Cantabria (si, ya es la tercera vez qué voy por allí). Con resultado del mal tiempo, pasé el primer fin de semana en mi ciudad de acogida, y principalmente en mi piso. Aproveché el tiempo para seguir viendo la Casa de Papel y mis únicos eventos qué sobresalieron de aquellos dos días fueron la final de la Champions League y el GP de Fórmula 1. Con David pensaba ir a un festival de música cerca de Oviedo, cuyo nombre es el Baldumac, pero este se canceló debido al mal tiempo. El terreno estaba inundado.

Durante la semana, las tareas en el Conseyu siguieron igual y tuve algunas charlas con mi amigo Alex con el tema de nuestro proyecto de colaboración sobre el tema del género. Hubo mucha gente en las clases de idiomas y no estábamos preparados para tanta gente. En francés incluso tuve qué imprimir más documentos de lo previsto.

Sigué preparando algunos viajes como mi vuelta a Sevilla y Cádiz después de 2 años. Necesito sol y calor y no hay sitio más indicado para esta mezcla que la Costa del Azahar (donde iré a mediados del mes) y el sur-oeste de Andalucía.

                

Con el primer fin de semana de Junio, cogí un autobús hasta San Vicente de la Barquera, un pueblo pescadero muy bonito con su castillo y su iglesia dominando la ría. Ahí me encontré con mis 3 compañeros de León (Nicola, Pavlina y Pascaline) y con otro compañero español, Emi, que tiene una casa en un pueblo muy cerca.

    

 

El sábado fuimos hasta el mar a una playa muy bonita y a pesar del tiempo bastante regular, tome el primer baño del año. ¡Por fín! No pensaba qué tenía qué esperar hasta el mes de junio para bañarme. Luego hicimos una caminata muy bonita por un bosque con vistas al mar y acabamos el día con una barbacoa (también la primera del año). El domingo, no paraba de llover pero decidimos hacer una experiencia muy bonita, entrar en una cueva escondida en un campo y qué muy poca gente conoce. Era muy físico y salí de ahí con algunas heridas pero mereció la pena. Era muy bonito. Increíble lo que tiene la zona del mar Cantábrico. Saliendo de ahí, estuvo muy sucio y por eso y para curar las heridas, tome otro baño en otra playa muy bonita. Era especial bañarse bajo la lluvia pero lo necesitaba y me gustó muchísimo. De vuelta a casa comimos una paella casera muy rica, no había mejor manera para acabar el fin de semana.

      

¡Hasta la próxima!