¡Hola a tod@s por última vez! No sé muy bien como comenzar esta última entrada del blog, porque estos meses han sido un ovillo de emociones, del cual no sabría encontrar el inicio del hilo y cómo empezar a desenredar.
Sí, esta experiencia ha llegado a su fin, y de hecho, ya escribo desde casa, desde mis raíces, desde el lugar en el que comienzo a unir puntos para crear un sentido al camino recorrido, el lugar que me ayuda e encontrar la gran belleza y fortuna de haber estado un año como voluntaria. Las raíces sirven para encontrar la autenticidad, lo real, lo que permanece. Y continuando con esta reflexión, introspección, diría que en el avión de vuelta a casa ya me daba cuenta de que Italia es el país donde podría establecerme, pues su lengua, gastronomía, entorno natural, arte, carácter de su gente, el tiempo atmosférico y la concepción e interpretación del tiempo con sus horas y minutos han encajado a la perfección con lo que yo soy ahora y con lo que me gustaría ser en el futuro. Solamente por encontrar esta certeza dentro de la incertidumbre que envuelve mi vida, ha valido la pena.
Pero más que el lugar, me llevo a las personas. Este mes está lleno de despedidas, de "A presto!", de personas que han hecho que mi día a día esté lleno de positivismo, naturalidad, cercanía y cariño, además de humildad e inspiración. Por ello, esta entrada del blog está dedicada totalmente a ellos.
Comenzamos por los imprevistos, las cosas más inesperadas, como vosotros. Llegasteis en el momento justo cuando todo mi entorno estaba cambiando, pues gente se iba y otra venía, pero vosotros vinisteis para quedarse conmigo y darme tantas agujetas en la barriga e hipótesis sobre argumento pseudocientíficos interesantes para nosotros. Me disteis noches de luz de velas marinas y noches de luces de neón sobre los focos de la tarima. Me disteis vida. Somos la más bella casualidad.
Ellos fueron una bocanada de aire fresco, pero, afortunadamente he elegido la mejor profesión del mundo, que este año he llevado a cabo de manera voluntaria, con un nivel de responsabilidad menor, pero con una motivación y entusiasmo aún mayor. Y es que ellos son mi gran fuente de admiración y dedicación. En este último mes, hemos despedido a los mayores, que abandonan el nido para volar un poquito más alto, pero cada uno de ellos se llevan una parte de los demás, en este caso expresada de manera tangible en su propia silueta, porque lo que hacemos las educadoras y sus compañeros es ayudar a dibujarse a sí mismos y a pintar de colores sus mentes y almas
Pero, lo cierto y verdad, que además de alimentar mentes y almas, también tenemos que cuidar a nuestro querido estómago, por eso los últimos talleres fueron para evaluar nuestras dotes gastronómicas. Capello in testa e mani nell'impasto! Cocinamos nuestros gnocchi y los llevamos a casa para probarlos con las hojas de salvia que hemos cogido y mantequilla.
Además, no solo los más pequeños tienen que alimentarse bien, todas las educadoras necesitan energía para trabajar a toda máquina cada día, por ello, aperitivo para todas, aperitivo repleto de anécdotas y bellos mensajes de afecto y cariño entre todo el equipo. Ha sido un placer compartir este año con todas vosotras, sé que nos volveremos a encontrar, porque las dos escuelas, ahora también son mis escuelas. Os llevo conmigo.
Y bueno, conforme se va acercando el final de esta entrada, más difícil se hace explicar con palabras e intentar describir lo que siento por estas personas. Llegamos a la familia, esa que eliges con conciencia, esa que a pesar de tu estado de ánimo te escucha, te acepta, te quiere. Esa que hace que tus días puedan cambiar, del más gris, al más azul. Esas que te ayudan a descubrirte, a descubrir un mundo más allá de tus fronteras mentales. Esas en las que la diversidad es la fuente de riqueza y que el respeto es el eje principal de la parábola.
En este caso, la parábola he sido yo, con mis altibajos, con momentos en los que realmente he estado triste, pero que como un columpio, se coge impulso de nuevo y hacia arriba.
He de decir que las despedidas con la familia han sido de las más genuinas. Viaje a Roma, para conocer más posibilidades sobre nuestro futuro. Espectáculos de teatro itinerantes, que me han ayudado a ampliar mi ámbito profesional, queriendo explotar mis cualidades interpretativas, siempre enfocado en los más pequeños. Literatura y teatro, un aprendizaje vivencial, imaginario, fantástico y moral
Gracias a ti Eva, todo un descubrimiento, un nivel de amistad, en el que dos almas inquietas y curiosas se empujan una a la otra para darse luz, como dos luciérnagas que en el bosque investigan sobre que hoja posarse. Y a través de sus incursiones en la oscuridad aprenden que ningún señor "Mangiafuoco" tiene que mover sus cuerdas, son sus alas las únicas que las llevarán tan alto como quieran.
Y bueno, si estamos hablando de familia, estoy hablando de ellos. De la familia de Via Prè, la familia de Piano di Rocca. La familia que como de costumbre se reúne en torno a una mesa, en la que salen temas de conversación dispares, se respetan opiniones, se recuerdan hazañas para reír juntos, se piden más botellas de vino y de cerveza que comida. Es como la paella de los domingos, esa que cuando la haces semanalmente parece banal, parece que no tiene nada de particular, parece que incluso te aburre porque siempre es lo mismo, pero el domingo que no está la echas de menos. Esas son las tradiciones. ¡Qué bonitas son las tradiciones cuando son aceptadas y queridas por todos sus miembros! ¡Qué bella armonía hemos encontrado y cuánto me va a costar a acostumbrarme a teneos lejos!
omo esta foto y volviendo a la metáfora de la parábola, vosotros habéis sido el centro de mi vida durante este año, como el eje que ayuda a establecer las coordenadas fijas dentro de una función matemática, como las columnas de una casa que hacen que todo tenga su lugar. Cada uno en vuestro rol habéis sido imprescindibles para mí, y aunque sé que será difícil volvernos a encontrar así, sé que será quizá una o dos veces en la vida, pero será de ensueño. Os quiero mucho a todos y sé que seréis felices allá donde vayáis porque actuáis con lo más profundo de vuestro corazón.
Y bueno, ya prometo que termino, pero no puedo terminar sin hacer mención especial a mi persona, mi persona favorita durante este año. Por el tiempo pasado juntas, por las cosas descubiertas, por las curiosidades compartidas, las recetas intercambiadas, las limpiezas en casa, las películas a medias, el trabajo artesanal, las reflexiones antes de dormir, los bailes descalzas, las canciones interpretadas, las horas muertas juntas, los atardeceres.
Gracias por permitirme ser yo misma siempre, gracias por tu transparencia, tu honestidad, tu prudencia, tu dulzura, tu exactitud y minuciosidad en todo lo que haces. Siempre miras en el detalle que a mí a veces se me escapa. Te elegiría como compañera de vida una y mil veces. Aunque ya te lo haya dicho, te repito que te quiero, te quiero mucho Xana.
Gracias por hacer de mí una persona mejor y ayudarme a ver dónde mis ojos se nublan.
Saudade. ¡Nos vemos pronto hermana!
Y llegó el final, no, no era un prólogo, pues ya me he quedado sin palabras. Escribir esto fuera del lugar donde has sido tan feliz te lleva a una profunda nostalgia. Al fin y al cabo la nostalgia se necesita para sentirte satisfecha con lo que has vivido y saber que lo que te espera aún puede ser mejor.
"Cada uno da lo que recibe, luego recibe lo que da, nada es más simple, no hay otra norma: nada se pierde, todo se trasforma"
Jorge Drexler.