27.08.2018 - 02.09.2018
Esta semana hice tres cosas interesantes. Eso es algo increíble para mí porque normalmente mi vida es aburridísima. Tengo el alma de una abuela atrapado en un cuerpo de una joven, en serio. Pero bueno, esta semana fue diferente. El martes Loïs y yo quedamos con nuestros tres mentores para tomar algo. En Gijón "tomar algo" normalmente significa beber sidra y eso es lo que hicimos. Bebimos tres botellas de sidra y al final estaba un poco borracha y cuando estoy borracha tengo sueño o estoy loca. En este caso estaba cansada. Por eso me fui a casa bastante pronto. Además en este estado es difícil entender lo que la gente está hablando. Cuando me fui, no entendía casi nada de que los otros estaban hablando y por eso no me molestó irme más pronto que los otros.
Otra cosa interesante que hice fue ir al cine para ver una película. Vale, no era el cine de verdad pero había una pantalla y muchas sillas como un cine. Loïs me preguntó si quería ir con él y David a ver una película sobre neo-nazis que quieren reanimar a Adolf Hitler y como soy alemana pensaba que podría ser interesante. Desafortunadamente no estaba preparada para esa mierda. En serio, que tontería. Descubrí que era parte de un festival de películas peores de los ochenta o algo así. Sabía que una película sobre este tema no podría ser buenísima ¿pero eso? Si ves la película como si fuera seria, es una tortura, es mejor verla como comedia, así es una película muy divertida y buena.
Empezamos, por fin, con el fin de semana. Como el título de este blog indica, fui a Santiago de Compostela. Bueno, cogí un BlaBlaCar, no fui a pie. Me gusta el deporte y andar pero andar hasta Santiago de Compostela ¿durante solo un fin de semana? ¡Una locura! Sin embargo me sentí como una peregrina porque a veces cuando estaba caminando por la ciudad, me di cuenta que estaba en uno de los caminos a Santiago. Me sentí un poco rara con mi mochilita y sandalillas al lado de los peregrinos con sus equipajes profesionales pero estoy feliz por hacerlo porque ahora puedo decir que he hecho una parte del camino de Santiago, no importa que pequeña fuera esa parte porque un kilómetro del camino todavía es más que mis amigos en Alemania han hecho.
Como Santiago de Compostela es tan pequeño lo vi todo, todo tranquilamente en los dos días. Como siempre, tenía mis planes preparados (una lista con las cosas que quería ver en el orden correcto) pero todo eso no era necesario porque el mapa de la ciudad tenía algunas rutas indicadas que la gente puede seguir para ver y aprovechar toda la ciudad de una manera buena y rápida. Había tres y en los dos días que estuve yo, hice dos. La primera en el centro histórico y la segunda en los parques fuera del centro. Así vi todo de la ciudad y más. Mi lugar favorito fue, sin duda, el punto de la vista panorámica en el parque Alameda. Pasé bastante tiempo allí.
Ya estoy acostumbrada a tener prisa cuando viajo pero esta vez tenía tanto tiempo que no sabía qué hacer. Al final aproveché esta oportunidad para hacer una pausa y descansar en la hora de la siesta. Después de la comida y con el calor (¡35+ grados!) que hacía en la ciudad era necesario. Si fuera honesta, tenía demasiado tiempo porque el primer día vi mucho y tuve que parar para tener algo que hacer y ver el segundo día. En vez de caminar por la ciudad otra vez, para pasar el tiempo, me quedé en el parque Alameda y leí mi libro. Lo cogí para los viajes en el coche pero al final acabé el libro y tuve que comprar otro nuevo. ¡Qué bien que tenemos tecnología moderna! porque con mi Kindle no tuve problemas al comprar un libro nuevo. Estoy loca con los libros. Cuando encuentro un libro que me gusta no puedo parar hasta el final. El libro, la historia y los personajes están en mi cabeza y dominan mis pensamientos. El único remedí es acabar el libro.
Mi último día lo pasé muy tranquilo caminando por los parques y la ciudad. Qué cambio más bonito, no tener prisa, sino tranquilidad.
Como siempre no podía creer que al día siguiente tendría que volver al Conseyu, a mi vida cotidiana tan aburrida. Bueno, en realidad me gusta mi vida tranquila y aburrida porque por eso puedo agradecer el cambio y la aventura mejor.
De esas hay tantas.