Gran parte de los colegios e institutos «no lo creen prioritario» y un 42% afirma que «las familias no lo piden» Más de la mitad de los centros educativos admite que no ofrece actividades preventivas al alumnado
La máxima 'más vale prevenir que curar' hace aguas en los colegios asturianos, donde más de la mitad de los centros educativos (el 56,12%) admite que no realiza ningún tipo de actividad dirigida a prevenir el consumo de drogas. Esta es la conclusión a la que ha llegado el Grupo de Investigación de Conductas Adictivas de la Universidad de Oviedo, al que las consejerías de Salud y Educación encargaron un estudio para evaluar el impacto y la calidad de los planes de prevención que se realizan en el ámbito educativo del Principado.
Los resultados de este informe, para el que se contactó con 420 centros de Infantil, Primaria, Secundaria y Bachiller, son muy poco amables con la Administración, los ayuntamientos y los propios colegios, al concluir que la prevención escolar en materia de drogas es inexistente en seis de cada diez centros. Además, los autores del trabajo ponen en tela de juicio algunos de los planes de lucha contra la drogadicción que sí se llegan a impartir en las aulas, al considerar que «muy pocos cuentan con la solvencia científica necesaria» y que, por tanto, «no estamos en condiciones de asegurar que tales programas estén teniendo los efectos pretendidos», alertan.
Así, y pese a que el consumo del alcohol y tabaco es cada vez más precoz en Asturias, la prevención parece 'pinchar' en los colegios, sobre todo en Infantil y Primaria. Precisamente, los últimos informes elaborados por la Consejería de Salud sobre drogas en población escolar daban cuenta de un adelanto en la edad de inicio de los consumos. Si hace una década se daba la primera calada o se tomaba la primera copa a partir de los 14 y 15 años, ahora se empieza a los 13. Hasta los 14 sólo se retrasan los «porros», donde un 15% de los estudiantes dicen haberlo probado.
10% con problemas de drogas
Esa es la realidad fuera de las aulas. Porque dentro, se habla y se debate poco de todo ello. Eso, a pesar de que un 9,8% de los centros educativos admite haber detectado algún problema con el consumo de drogas entre su alumnado. La evaluación de la Facultad de Psicología, dirigida por los investigadores José Ramón Fernández y Roberto Secades Villa, señala que de los 420 centros educativos existentes en Asturias, 211 reconocen que no hacen ningún tipo de prevención entre sus escolares.
Otros 165 sí cuentan con actividades para promover hábitos saludables, aunque en 44 de ellos no aplican los programas oficiales (municipales o autonómicos), sino que recurren a charlas u otro tipo de iniciativas no regladas.
La evaluación fue elaborada entre diciembre de 2008 y septiembre de 2009. 44 de 420 centros educativos no respondieron a las preguntas remitidas desde el Grupo de Conductas Adictivas, lo que representa un 10,5% del total de la muestra. Según consta en este trabajo de 195 páginas, en la actualidad los alumnos de 19 municipios asturianos no participan en ningún tipo de actividad escolar que les alerte sobre los riesgos de consumir tabaco, alcohol, cannabis u otro tipo de sustancias. En Gijón, Oviedo y Avilés sí existen planes escolares de prevención, aunque su aplicación es heterogénea. En los centros gijoneses está implantado en un 25% de las aulas, mientras que en los ovetenses en un 50% y en los avilesinos en un 43%.
Por niveles educativos hay diferencias muy marcadas. La prevención parece estar reñida con la infancia, ya que del total de centros que sí desarrollan prevención en sus aulas, sólo un tercio son de Infantil y Primaria. El resto corresponde a Bachiller y Secundaria.
Visitas a la cárcel o ir al cine
Pero, ¿en qué consisten estos planes municipales? Además de charlas dadas por el propio profesorado, autoridades u otras personas pertenecientes a asociaciones como Alcohólicos Anónimos, también se imparten talleres a cargo de monitores de Cruz Roja o de los ayuntamientos. Los planes incluyen, a su vez, visitas a centros asistenciales o penitenciarios, talleres de refuerzo de habilidades psicológicas, análisis de casos, lectura de noticias, debates en clase o concursos. Asimismo, existe un programa, el de 'El cine en la enseñanza', que aborda el problema de la drogadicción a través de películas.
A la hora de explicar por qué no desarrollan planes de prevención, un 44,9% consideran que «no son una actividad prioritaria». Otro 42% argumenta que las familias no piden este tipo de programas en las clases a las que acuden sus hijos, mientras que un 32% cree que «no se adecua al proyecto educativo».
Los profesores también opinan sobre planes que como 'Órdago', 'El secreto de la buena vida' o 'En la huerta con mis amigos' intentar alertar a los más jóvenes sobre el uso de las drogas. Muchos piden que se revisen y actualicen los contenidos y se quejan también de la falta de implicación de las familias.