El presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero fue el primero que evitó contestar a la catarata de descalificaciones que Aznar lanzó sobre su gestión. "Los ciudadanos escucharán, pensarán y valorarán", se limitó a comentar.
En la otra cara de la moneda Mariano Rajoy esquivó las preguntas directas y señaló que "lo único que tengo que decir es que recuerdo de Aznar un gobierno con sus equivocaciones, pero un gobierno serio y riguroso, que hizo una política económica que funcionó, que mejoró el prestigio de España en el exterior y yo no voy a entrar en estas cosas".
Entre tanto en Asturias, los comentarios se sucedían en todos los mentideros políticos. El presidente del Principado Vicente Alvarez Areces echó mano del refranero sin ir más allá: "Una imagen vale más que mil palabras". Mientras, Ovidio Sánchez reconocía en una entrevista radiofónica que aunque acompañaba a Aznar en el momento de la peineta no sé dio cuenta de nada hasta que más tarde vio la foto.
PECADOS Y PENITENCIAS El líder de IU-BA-LV Jesús Iglesias recurrió a los términos ecuménicos para censurar el gesto de Aznar y recalcó que "la penitencia de algunos insultos es venial comparada con el pecado mortal de las Azores".
Muchos más comprensivos se mostraron desde Nuevas Generaciones de Asturias ya que "entienden la peineta" del expresidente "después de haber sido víctima de tantos insultos".
La polémica de la peineta copó ayer todos los informativos nacionales. El vicesecretario de Comunicación del PP, Esteban González Pons, acusó a la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, de ponerse "de parte de los violentos antes que de un expresidente del Gobierno".
En un comunicado del PP, González Pons recalca que "lo que sufrió Aznar fue una agresión intolerante e intolerable que De la Vega debería haber condenado", señaló y añadió que "decir que la crisis económica se debe a que Aznar no deja que le griten es el colmo de la impostura", por lo que "De la Vega tendría que dedicarse a intentar crear empleo más que a buscar a los culpables de su ineptitud".
La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, consideró que el gesto de Aznar "no ayuda mucho a mantener la idea de respeto", pero subrayó que la defensa de las ideas debe hacerse "siempre desde la palabra y desde el respeto, nunca desde el insulto", en alusión a los estudiantes.
La secretaria de Política Internacional y Cooperación del PSOE, Elena Valenciano, le ha acusado de tener "mucho rencor acumulado", de hacer críticas "cargadas del odio del perdedor" y de ser "autoritario, deslenguado, maleducado y resentido". Con su comportamiento, prosiguió, inauguró "un estilo desconocido en el contexto europeo, donde todos los presidentes conservan un respeto democrático e institucional a los anteriores".
El secretario general de Libertades Públicas y Derechos de Ciudadanía del PSOE, el asturiano Alvaro Cuesta, declaró que el "dedazo" de Aznar "explica muchas de las carencias del líder de la oposición" porque fue precisamente con ese dedo con el que designó a su sucesor.
Para el secretario general de ICV, Joan Herrera, supone "arrogancia y prepotencia" y la comparó con "otros altos dirigentes del planeta, como Silvio Berlusconi, que también es capaz de hacer estas cosas". Según Herrera, "a todo el mundo le pueden silbar en un acto, pero cuando te pasa debes actuar con mejores formas".
ASUMIR Por otro lado, la Coordinadora de Asambleas de Estudiantes de la Universidad de Oviedo asumió ayer oficialmente la protesta contra Aznar, del que denuncia su "prepotencia" por el gesto que dedicó a los que le increpaban y refleja su "escaso respeto" por "la crítica y la vida humana".
Finalmente, el Conseyu de la Mocedá de Gijón responsabilizó al rector de la Universidad de Oviedo, Vicente Gotor, de los incidentes ocurridos durante la conferencia de Aznar por permitir la celebración de " espectáculos partidistas" en la institución en contra de " la voluntad general de la comunidad universitaria". En un comunicado, señalan que no es "tolerable" que el rector se permita estas atribuciones.