Este novedoso estudio se presenta estos días en el Congreso Virtual de Psiquiatría. Interpsiquis que se celebra durante este mes y el próximo. Se titula La violencia en la pareja Una realidad evidente? y lo firman los profesores de la Universidad de Oviedo Francisco Javier Rodríguez Díaz y Carolina Bringas Molleda; y de la de Sevilla, Javier López-Cepero y Luis Rodríguez Franco. La investigación se realizó entre 709 jóvenes escolarizadas entre tercero de la ESO y segundo de Bachillerato de Asturias, A Coruña, Huelva, Ourense y Sevilla.
Los datos fueron recogidos a través del Cuestionario de Violencia de Novios (Cuvino), que escruta la percepción general sobre la relación de pareja con un total de 62 preguntas. En este caso sólo se seleccionaron 13 de ellas o ítems --como se denominan en términos de psicología--. Se eligieron los más paralelos a los que en el 2006 había formulado el Instituto de la Mujer, para realizar una evaluación paralela. (Las dos propuestas aparecen en el gráfico adjunto).
En la encuesta de hace cuatro años ya se intentó identificar el maltrato técnico , que es el que sufre la persona que es víctima de violencia, pero no se reconoce como tal. El estudio revela que, pese a que el observador externo detecte abusos reiterados en la relación de pareja de la víctima, "lo más probable" es que esta última no los sepa identificar.
En la encuesta del Cuvino, un 6,5% de las jóvenes respondió afirmativamente a la pregunta " Te sientes o has sentido maltratada?" (En el cuestionario del Instituto de la Mujer la tasa era del 3,6%). En cambio, un 22,8% de las encuestadas dijo no haber sufrido ninguna de las 13 situaciones que se plantean en el cuestionario que refleja el gráfico adjunto. El 77,2% restante respondió afirmativamente al menos a una de las cuestiones, lo que prueba que sufre maltrato. Por eso, está claro que un 70,7% no era consciente de ser una víctima siéndolo, frente al 9,6% de maltrato técnico detectado por el estudio del 2006.
Los investigadores asumen este resultado como un "indicador de urgencia y no como un juicio definitivo", básicamente porque creen que harían falta subdivisiones o subgrupos en ese maltrato técnico , para establecer las distintas necesidades de intervención, pero opinan que queda claro que una parte importante de las personas a las que van dirigidas las campañas de prevención del maltrato, "no absorbe el mensaje".