«A todos nos presta ver a Pelayo disfrazado»

Bitelchús Rodil, fantasma al estilo Burton.
Christian Rodil Presidente de Abierto hasta el Amanecer«Los jóvenes no se visten de góticos en Antroxu, porque hay gente para la que no es un disfraz»
Cada fin de semana abren una veintena de instalaciones en la ciudad para que más de 3.500 jóvenes descubran la noche de una manera diferente, con torneos, talleres y actividades en las que, estos días, también el Antroxu se abre paso. Christian Rodil, presidente de Abierto hasta el Amanecer, se mete en la piel de Bitelchús para ponerse de ejemplo de cómo los jóvenes también se convierten en protagonistas de unos días en los que casi todo vale: «En Antroxu los jóvenes somos unos sinvergüenzas».
-¿Por qué un personaje como Bitelchús?
-Hace dos años íbamos en pareja,de Bitelchús y Bitelchusa. Siempre buscamos trajes que tengamos que preparar o que nos permitan darle una vuelta al personaje. Además, en Antroxu, como Bitelchús, soy muy burlón. Aunque en lo que sí que no nos parecemos es en lo de comer insectos.
-¿Al Antroxu se lo acabará comiendo Halloween?
-Espero que no. Y pongo la mano en el fuego a que los jóvenes seguirán prefiriendo, ni siquiera el carnaval, sino el Antroxu, que es lo más nuestro. Basta con ver cuántos participan en el desfile de los martes, que es increíble. Es una cabalgata que parece que nunca se acaba.
-Entre los jóvenes que pasan por 'Abierto...' cada vez hay más multiculturalidad. ¿Cómo viven el Antroxu?
-Siempre que se hace alguna actividad de Antroxu se disfraza todo el mundo, y el que no se pinta o participa también de alguna manera. Se adaptan muy bien, y les encanta la fiesta. Imagino que a quien acaba de llegar sí le chocará cómo lo vivimos: que tanta gente se disfrace, que salga a la calle... Y sobre todo que enterremos una sardina.
-¿Las niñas siguen queriendo ser princesas?
-Las niñas quieren ser de todo, no sé si princesas, brujas o trogloditas... No me gustaría entrar en estereotipos. Al final cada vez la gente sale más en grupo, y cada uno se coge un papel.
-En la Universidad piden decoro en el vestir. ¿Hay quien va como si fuera disfrazado?
-La gente va como quiere, y eso es la libertad. Sí es cierto que hay que tener un cierto respeto, y por ejemplo no puedes llevar una camiseta con una frase racista o que pueda incomodar, pero de hecho las propias marcas deberían tener prohibido hacer prendas así. Por lo demás, al final la gente va como es su realidad. Véase un punky o un gótico... Para mí no dejan de ser culturas y la gente tiene que tener libertad para vestir como quiera.
-Hablando de góticos... ¿Veremos este año en el desfile a muchas 'hija de Zapatero'?
-Puede ser. Aunque también es cierto que los jóvenes no se disfrazan de este tipo de cosas, porque, como decía, ven en su día a día que hay gente para la que no es un disfraz. Cada año en los desfiles ves menos punkies, al igual que este no vas a ver vagabundos casi.
-Con un cementerio nuclear al acecho, ¿acabaremos saliendo en Antroxu con tres ojos, sin necesidad de llevar uno postizo?
-(Ríe) Imagino que por lo menos sí que dará mucho miedo asomarte a la ventana y ver que tienes ahí un cementerio nuclear. De tener que hacerlo, creo que no debería buscarse qué pueblo es el que lo quiere, sino donde mejor sea para todos. Habría que buscar un sitio alejado, que tenga la máxima seguridad y donde no haga daño a nadie.
-Cuando un político habla, ¿lleva una careta puesta?
-Los habrá que la tengan y otros que no, pero eso pasa en política y en la sociedad en general. Lo importante, lo que le preocupa a la sociedad, es que se muevan por los intereses comunes, y no por los personales. El único momento para ponerse la careta es en el Antroxu, luego hay que saber ser uno mismo, ser sincero.
-¿De qué disfrazaría usted este año a Pelayo?
-No sabría decir nada, pero cualquier disfraz que elijan seguro que le quedará muy bien. Ahí Gijón siempre acierta, tanto si lo disfraza, como se hizo, de animadora como de sidrero. Y, además, a todos nos presta verle disfrazado cuando estamos por esa zona los días de Antroxu, e incluso sacarnos fotos con él.