Desde mañana hasta el viernes, académicos, niños, vecinos, jóvenes y alumnos de la ESAD sacarán las actividades fuera de las aulas La Escuela de Trabajo Social acoge la octava convocatoria nacional del gremio
El lema del congreso es 'El derecho a la ciudad', pero la verdadera intención de la concentración de expertos y vocacionales en torno al VIII Congreso de Departamentos y Escuelas Universitarias de Trabajo Social es meter la ciudad en el congreso. De hecho, los académicos, aquellos que tradicionalmente debaten y exponen en programadas sesiones sus experiencias y conocimientos, superan las 400 inscripciones, pero la directora del centro universitario gijonés no ha sabido calcular el número real de participantes, toda vez que centros municipales, colegios, jóvenes de dentro y fuera de Gijón, y hasta alumnos de la Escuela Superior de Arte Dramático (ESAD), se unirán en diferentes tipos de actividades a los congresistas. Así, Begoña, la plaza de Europa, el teatro de la Laboral, la capilla y los centros municipales compartirán escenario con las aulas de los congresistas.
«El 80% de la humanidad vive en las ciudades y la globalización en la que vivimos hace que el reajuste de una crisis que nació en una empresa norteamericana y se extendió a todo el mundo, impacte directamente en las ciudades. De ahí que la ciudad sea nuestra protagonista. Pero queremos hacer el congreso en positivo. No queremos plantear problemas, sino soluciones, no queremos hablar de exclusión sino de integración; no de marginación sino de ciudades acogedoras y no de dependencia, sino de accesibilidad», afirmó la directora de la Escuela Universitaria de Trabajo Social, quien no duda en afirmar que el congreso, «que transmite nuestra reconocimiento en el mapa de las escuelas de Trabajo Social», será el «broche de oro» de un centro próximo a desaparecer con la integración de los estudios en la Universidad de Oviedo.
Todo es original en el congreso que da comienzo mañana. Desde la propia inauguración, en la que las autoridades invitadas leerán un poema en lugar de una protocolaria intervención, hasta una suelta de palomas, un debate juvenil en la quiosco de Begoña o una exposición infantil en la iglesia de la Laboral. Las sesiones de trabajo, las de las aulas, se limitarán de 9,30 a 17.30. A partir de entonces la ciudad se adueña del congreso.