Los farmacéuticos aguardan la redacción de un texto que defina el protocolo a seguir si «una niña solicita el fármaco 'del día después'»
El Colegio de Médicos advierte de las consecuencias para la salud, pero sólo si se toma indiscriminadamente y sin control médico
La noticia de que la llamada 'píldora del día después' se podrá dispensar en farmacias sin receta ha despertado la polémica y dividido a los expertos en términos de eficacia, pero también de riesgo para la salud. El primer concepto busca la merma de embarazos no deseados en adolescentes y el segundo teme por la ingesta del que pasará a ser el único fármaco anticonceptivo oral que se podrá adquirir libremente sin control médico. En lo único que coinciden detractores y defensores es en el hecho de que la información será prioritaria para su uso. De hecho, desde todos los frentes se espera una campaña divulgativa dirigida a los menores sobre la utilización de esta 'píldora del día después' que defina todos los aspectos médico-sanitarios derivados de su empleo.
También se espera que el Gobierno redacte un documento de uso para determinar el protocolo que deberán seguir los farmacéuticos. «El ministerio habla de venta sin receta, pero también sin límite de edad», recuerda Lourdes Bergillos Moretón, presidenta del Colegio Oficial de Farmacéuticos del Principado, quien se pregunta: «¿Qué debo hacer si se me presenta una niña de nueve años solicitando esta píldora?».
La respuesta, asegura, llegará con el establecimiento de un marco de referencia («que ya tienen todos los países donde la venta es libre») para dispensar la 'píldora de día después', con las adecuadas garantías de calidad.
Pero una vez conocido el procedimiento, ¿la píldora es peligrosa o inocua? Esa es la pregunta del millón que tampoco pone de acuerdo a los especialistas. Unos advierten de es totalmente inofensiva y otros de la larga lista de efectos secundarios. Pero lo que está claro para todos es, como se advierte desde el Colegio de Médicos de Asturias, que «las consecuencias para la salud, sólo se darán en el caso de que las jóvenes lo ingieran indiscriminadamente y sin ningún tipo de control médico». Así lo aseguraba ayer su presidenta, Carmen Rodríguez Menéndez, algo preocupada porque la venta libre permita a una misma mujer administrarse sin gobierno ninguno varias píldoras en un poco tiempo, «pues el registro que existe ahora mediante la receta no será posible».
A esta preocupación, que ayer planeaba en casi todos los ámbitos estuvieran a favor o no de la liberalización de la venta, Rodríguez Menéndez unía una satisfacción por la noticia porque, según ella, su acceso libre mermará la financiación social de este fármaco, pues cree que «el Estado debe costear otro tipo de medicaciones para la salud general, como ciertas vacunas, y no esta píldora».
Mientras tanto, la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria define como totalmente «innecesaria» la decisión del Gobierno, ya que, según ellos «el 95% de los médicos no pone pegas para recetarla y, aunque lo ideal es tomarla en 48 horas, los centros de salud pueden atender a estas urgencias durante la semana».
No están de acuerdo otros expertos, como la propia Carmen Rodríguez Menéndez, en este punto. Advierten claramente que la ingesta de la píldora no deberá realizarse nunca después de 78 horas. «Mejor si se hace más pronto. Cuanto antes se tome mejor, pues en las primeras horas su efecto crea una mucosidad que impide que el espermatozoide avance».
Según la facultativa, si se retrasa la toma el óvulo puede haber sido fecundado y lo que se estaría provocando es la imposibilidad de que se implante. Para muchos este hecho convierte a la 'píldora del día después', un método anticonceptivo de urgencia por definición, «en un método abortivo».
Tampoco en esto se ponen de acuerdo los expertos. La misma ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, hacía hincapié en lo contrario al dar a conocer la decisión de evitar la receta para su venta, hecho que ayer provocó la petición de su dimisión por parte de la Confederación Católica de Padres de Alumnos, acusándola de «irresponsabilidad y corrupción de menores».
Por otro lado la Organización Médica Colegial de España aseguraba, sin exigir dimisiones, que la venta sin receta de la píldora es una «clara banalización» de su consumo, especialmente entre la población joven» y pide, como hace Esther de la Viuda, de la Sociedad de Contracepción, que «nadie haga uso de esta medicación como de anticonceptivo habitual, ya que de lo que se trata es de una segunda oportunidad».