La «píldora del día después» se venderá en las farmacias y sin receta desde agosto

Trinidad Jiménez, con Bibiana Aído, tras anunciar la liberación de la píldora poscoital.
La medida pretende rebajar el número de abortos, que en 2007 fueron 112.000

La ministra de Sanidad y Política Social, Trinidad Jiménez, anunció ayer, acompañada de la ministra de Igualdad, Bibiana Aído, que la «píldora del día después» se venderá en farmacias, sin receta médica y a mujeres sin limitación de edad. Esta medida podría evitar al menos la mitad de las interrupciones voluntarias de embarazo que se realizan en España, según un informe hecho público hace algunos meses.

Jiménez afirmó que la medida será efectiva dentro de tres meses. La misma forma parte de un programa de prevención y educación sexual que se desarrollará con el Ministerio de Igualdad con el objeto de reducir embarazos no deseados y los abortos.

Con la venta libre en farmacias de la «píldora del día después» en otros países como Francia, Bélgica, Reino Unido, Dinamarca, Luxemburgo y Estados Unidos se han logrado «significativos» descensos en el número de embarazos no deseados, señaló Jiménez.

En este sentido, recordó que en 2007, de los 112.000 abortos que se realizaron en España, más de 6.000 correspondían a chicas menores de 18 años; más de 4.000 niños nacieron de madres menores y, en total, se produjeron 10.500 embarazos en jóvenes que no superaban los 18 años. Además, 500 adolescentes menores de 15 años interrumpieron voluntariamente su embarazo.

En Asturias, durante 2008, los servicios sanitarios dieron respuesta a 7.113 mujeres que demandaban la píldora. De ellas, 1.734 -un 24,37 por ciento- ya la habían utilizado en anteriores ocasiones. Según datos de la Dirección General de Salud Pública, el 30% de las demandantes tiene menos de 19 años y entre ellas hay 22 menores de 14 años. La píldora es totalmente gratuita en Asturias y su utilización ha ido en aumento en los últimos tres años, pasando de las 5.895 demandantes en 2005 a las 7.113 en 2008.

Trinidad Jiménez aseguró ayer que el medicamento es una «fórmula anticonceptiva de emergencia» que no debe utilizarse como método habitual para prevenir embarazos y aseguró que en otros países donde se implantó la libre dispensación no se ha producido este efecto.

También señaló que no hay contraindicaciones clínicas sobre efectos secundarios del fármaco, pero «al ser un fármaco hormonal no se debe hacer un uso abusivo», de él añadió.

Insistió en que no se trata de un método abortivo ya que una vez que existe la implantación del cigoto en el útero el fármaco deja de tener efecto. Por ello, descartó que los farmacéuticos pongan reparos a su dispensación o puedan acogerse a la objeción de conciencia.

El medicamento, con un coste de unos 20 euros, se dispensa ya en hospitales y centros de planificación familiar de ocho comunidades autónomas.