Comer... y comer Creatividad premiada

Comer... y comer Creatividad premiada
POR: TETÉ F. BALSEIRO  Los reconocimientos recogidos durante estos días fueron tantos que bien podríamos remarcar el calendario con un gran redondel en rotulador fosforito para no olvidarnos de la fecha. Y es que el trabajo bien hecho siempre es recompensado de manera multitudinaria y en muchas ocasiones lacrimógena. ¡Vamos, al más puro estilo de las telenovelas!

Por un lado, las antiguas propietarias del ilustre restaurante Xuan de la Tuca, en Beifar, fueron calurosamente homenajeadas en el Patio de Balbona, otro no menos renombrado establecimiento de mi querida Pravia, ¡anda que no tengo historietas por esa zona! Y es que las hermanas Concesa y Marichu Temprano Gutiérrez y su prima Carmen Jiménez Vidate hicieron las delicias de los que allí acudimos en alguna ocasión a degustar su bacalao, su ventresca o sus postres caseros. O todo junto. Nunca se me olvidará la cara de asombro de una de ellas cuando, en una de mis visitas, junto a mi amiga María Ester, salió de la cocina a conocer a las dos jovencitas -de aquella- que habían pedido semejante cantidad de comanda. Inocente ella, estábamos de fiesta en Cudillero y ésa era la única comida que habíamos metido en el cuerpo desde hacía días.

Pero volviendo a la realidad del día a día, recordar también que los asiduos de El Guiño, no dudaron en pasar a saludar a Monse Cadavieco, una de las muchas empresarias que hacen posible la buena marcha de los negocios del barrio del Carmen. Aunque no por cansancio, se despidió de sus clientes con palmas y sevillanas. Ana Rodríguez, su mano derecha, convenció al coro que dirige para cerrar un capítulo en la vida de Cadavieco. Vinos ya no pondrá pero, ¡atentos!, amenaza con comenzar a dar guerra en las noches de copeteo. Así que la sorpresa está por llegar y un nuevo local nos espera a los noctámbulos del pueblín.

Pero si unos lo pasamos bien de farra, otros también lo hacen recordando la fecha de nacimeinto. Ése es el caso de José Luis Iglesias, un veterano del sindicalismo y, como él bien dice, «el mayor de USO». No será para tanto, porque cumplir cumplió 70 añitos de nada. Todavía le queda mucha cuerda, sobre todo por los lugares que elige para reunirse con su familia. Como cada año, el restaurante Los Nogales se encargó de cumplir con el ritual de su cumpleaños. Acompañado de su mujer Pilar Gil Alonso, de sus hijas María Jesús, Rosa Beatriz, Pilar, María Luisa y Ana Isabel (vive en Suiza) y de sus nietos, Úrsula, Luis Ángel, Luis Miguel, Pablo, Rubén y Nicolás «el suizu», apagó las velas, abrió regalos y concertó la cita del próximo año.

Nacho Quesada, ganador del 9.º premio «Astragal», presentó por fin la creación que le hizo merecedor del reconocimiento el pasado año. El Conceyu de Mocedá de Gijón acogió el encuentro, que contó con la presencia del autor, además del concejal de Cultura, Justo Vilabrille, Pilar Lafita y demás personalidades (en la foto).